Edificio Metrópolis de Madrid

Sale a la venta ‘Alforjas para la Poesía’: la pintoresca reunión poética tras la misa de doce del Teatro Lara

Teatro Lara Madrid
Obra de José Luis Morán “Alforjas de la poesía” (1971) Óleo sobre lienzo @Ansorena
María Villardón

Cada domingo, tras la obligada misa de doce en la España franquista, los poetas consagrados, aunque mucho más los jóvenes, bajaban elegantes, que para eso son poetas, por la Corredera Baja de San Pablo desde la Plaza de la Luna para departir de manera solemne entre las butacas del Teatro Lara, la bombonera teatral de Madrid que regentaba el bohemio empresario leonés Conrado Blanco, y poder disfrutar de los novedosos versos recitados en ‘Alforjas para la Poesía’.

Un pintoresco invento –nacido en 1948– que se resumía en unos recitales poéticos abiertos en las mañanas de domingo, alguna publicación y las recaudaciones consignadas a la erección de un futuro sanatorio de escritores”, según José Carlos Mainer, catedrático de la Universidad de Zaragoza. No obstante, y algo más romántico que Mainer, Blanco relataba a ABC, que para eso era amigo de la familia Luca de Tena, que estas serenatas poéticas “nacieron una mañana de primavera, en la ermita de San Saturio, en Soria, después de la misa de doce, bajo los árboles, con versos tallados a navaja de Antonio Machado. Era bello y necesario llevar la poesía en alforjas por todas las tierras de Castilla. Y así fue, recorrí todas las tierras de España”.

Y no sólo eso, además, el empresario del Lara, convocaba premios de poesía que llevaban el mismo nombre y pedía, y así aparecía en los anuncios del citado periódico, que se enviaran los poemas “por triplicado, en copias mecanográficas en folios a dos espacios y por na sola cara”. Y detallaba, además, que los poetas premiados tenían la “obligación de leer personalmente su poema en el acto de entrega de los premios”. Aclaraba también la misma nota de ‘Alforjas para la Poesía’ que las creaciones poéticas no premiadas “serán destruidas una ve dictado el fallo”.

Blanco salió de su León natal con dos perras chicas y casi a hurtadillas porque su padre no quería que se dedicara a la extravagante vida del teatro y los titiriteros, se mezclaba a las mil maravillas, pues uno de ellos era, con los permanentes inquilinos literarios que reinaban en los ambientes de los cafés madrileños. Amigos suyos eran Torcuato Luca de Tena, Gerardo Diego, Rafael Duyos –que compuso el famoso ‘Romance de la Infanta Isabel–, Manuel Alcántara, Federico Muelas, José Antonio Medrano, Federico Muelas, Juan Pérez Creus, José María Pemán o Luis López Anglada.

Todos estos, hoy poetas conocidísimos y padres de muchos de los afamados columnistas que escriben en las páginas de los periódicos en la actualidad, como es el caso Alcántara –que escribía unas crónicas de boxeo deliciosas–, fueron retratados por el artista José Luis Morán en los años 70 en un lienzo de grandes dimensiones. ¡Qué solemnidad destilan todos ellos vestidos con sus trajes!

Los uniformes de los domingos con los que esperaban su turno para recitar y mientras escuchaban, imaginamos que atentamente, las palabras de Blanco, ubicado tras una mesa que estaba sobre el escenario del Lara dando paso al recital de poesía. Ellos, como si se tratara de la parte celestial del ‘Entierro del Conde de Orgaz’ de El Greco, están ubicados en la parte alta de la obra; mientras que los que van a escuchar, éstos que no están tocados por el dedo poético, se ubican de espaldas en la zona inferior, es decir, en la zona de las butacas.

Esta obra, que ha estado durante décadas en el interior del emblemático edificio Metrópolis, el que está ubicado en la confluencia de Alcalá con Gran Vía, sale a la venta y se podrá adquirir a partir de 2.000 euros el próximo día 19 de junio en la subasta que dirige Ansorena. El Metrópolis, uno de los más instagrameados de todos los tiempos junto con la Cibeles y el Bernabéu, es una de las arquitecturas más celebradas de Madrid, pues parece que antes de sumergirte en la arteria urbana que lleva a Plaza de España te da la bienvenida, fue inaugurado en 1911 y fue un encargo que la Compañía de Seguros Unión y el Fénix hizo a los arquitectos franceses Jules y Raymond Février, aunque sería el español Esteve Fernández-Caballero quien concluyera la obra en 1910. Décadas más tarde, ya en 1972 la aseguradora Metrópolis adquiriría el inmueble y, desde entonces, es quien ha ocupado el edificio.

Metrópolis se renueva y todo lo que contiene sale a la venta en la misma subasta que la obra de ‘Alforjas de la Poesía’ de Morán. Hasta el día de las pujas, que se hará el citado 19 de junio, podrá visitarse el interior del edificio para que los interesados en la compra –o en colmar su curiosidad– y contemplar desde fuera la plaza de la diosa Cibeles dirigiéndose camino de Neptuno.

@MariaVillardon

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