Nicolás Franco: «La inteligencia artificial da resultados tan buenos que ni los expertos saben explicarlo»
"Vamos a tener que educar a nuestros hijos en que hay un mundo lleno de información en la cual tienen que ser críticos"
"Google, Amazon, Nvidia, Apple... comenzaron a invertir enormemente en IA"
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Nicolás Franco, uno de los mayores expertos en IA en España, arroja luz sobre el presente y futuro de esta tecnología revolucionaria. Con una trayectoria que incluye un doctorado en Francia y experiencia docente en Berkeley, el fundador de la consultora tecnológica Mr. Houston aporta una perspectiva única sobre la evolución de la IA, desde sus inicios hasta su actual explosión.
«Hay algo dentro que nos da miedo porque no está muy claro cómo funciona», admite Franco al referirse a los sorprendentes resultados que está logrando la IA. Según explica, investigadores de Harvard y el MIT han publicado estudios este año donde analizan la calidad de los resultados obtenidos, concluyendo que son inexplicablemente buenos, superando las expectativas teóricas.
En un momento en que la inteligencia artificial (IA) domina titulares y genera tanto expectativas como temores, Franco suele empezar sus conferencias recordando a HAL 9000, la computadora de 2001: una odisea del espacio que desobedece a sus creadores. «Hoy en día podemos acceder a la inteligencia artificial todos, manejarla y tenerla realmente como una herramienta de uso cotidiano», señala, contrastando con el pasado reciente donde estas herramientas estaban limitadas al ámbito profesional y requerían conocimientos especializados de programación.
El experto subraya el papel crucial que han jugado las grandes empresas tecnológicas en este desarrollo. «Google, Amazon, Nvidia, Apple… comenzaron a invertir enormemente en IA», explica Franco, destacando cómo esto marca una diferencia con la investigación científica tradicional, tradicionalmente financiada por gobiernos. Esta inversión privada, combinada con avances en hardware y nuevas arquitecturas de procesamiento, ha catalizado el progreso exponencial de la IA.
Respecto a la aplicación práctica en el mundo empresarial, Franco señala una tendencia interesante: mientras las grandes empresas mantienen cierta cautela, son las medianas empresas las que están adoptando más activamente la IA para optimizar procesos y mejorar su competitividad. «Quieren tener modelos explicativos de ventas o modelos para ser más competitivos», explica, aunque matiza que estas empresas se inclinan más por la IA «clásica» que por la generativa.
El experto también aborda los desafíos actuales de la IA, identificando tres principales: el coste, que sigue siendo significativo especialmente para las PYMES; el alto consumo energético de los sistemas; y la problemática del contenido, especialmente en IA generativa. «Si vosotros generáis contenido que está en la red, del cual yo me aprovecho y entreno máquinas con él, algún tipo de retorno os tendré que dar», reflexiona sobre este último punto.
En cuanto a la posición de España en el panorama global de la IA, Franco reconoce que, aunque el país va «a remolque» de Estados Unidos, la situación no es tan dramática como podría pensarse. «La banca española no tiene nada que desmerecer con la banca suiza», ejemplifica, aunque señala que el principal obstáculo es más cultural que tecnológico: «En España estamos siempre pendientes del riesgo […] más que del beneficio que nos pueda dar si nos sale bien».
Sobre los riesgos de la IA, particularmente en cuanto a la desinformación y los deepfakes, Franco admite la gravedad del desafío pero sostiene que la solución pasa por la educación y el fortalecimiento de canales de información confiables. «Vamos a tener que educar a nuestros hijos en que hay un mundo lleno de información en la cual tienen que ser críticos», afirma, anticipando un futuro donde la credibilidad dependerá más de la fuente que del contenido mismo.
La entrevista concluye con una reflexión sobre el sesgo en la IA, un tema que Franco considera más complejo de lo que parece: «Definir una máquina para que no tenga sesgo, en donde alguien tiene que definir qué es el sesgo y qué es el no sesgo, es muy complicado». Esta observación subraya uno de los mayores desafíos éticos y técnicos que enfrenta el desarrollo de la IA en la actualidad.
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