Los arqueólogos no dan crédito: un estudio confirma que los egipcios dibujaban la Vía Láctea en los sarcófagos
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Creemos que los descubrimientos sobre la Vía Láctea son muy modernos, pero la realidad es que los egipcios ya conocían algunos misterios de nuestra galaxia, por lo que los arqueólogos y astrónomos se han unido para estudiarlo.
Un nuevo estudio publicado en el Journal of Astronomical History and Heritage afirma que en el Antiguo Egipto ya hacían representaciones de la Vía Láctea en los techos de las tumbas y en los sarcófagos.
Para dibujarla se basaban en la figura de la diosa Nut, vinculada a las estrellas. Pero la novedad la ha aportado el astrónomo Or Graur, profesor asociado de astrofísica en la Universidad de Portsmouth, al afirmar que lo hacían con conocimiento de causa.
La prueba de que los egipcios ya dibujaban la Vía Láctea
Los arqueólogos sabían desde hace tiempo que a los egipcios les gustaba representar a la diosa Nut en el ámbito funerario, ya que era una deidad fundamental vinculada con el cielo y las estrellas.
Lo habitual era dibujarla inclinada sobre la Tierra cubriendo el mundo con su cuerpo estrellado. Hasta ahora, los arqueólogos lo habían visto como una mera representación de la bóveda celestial, pero el estudio de Graur ha dado un giro al asunto.
Después de analizar 125 representaciones de Nut en tumbas y ataúdes encontró un patrón visual inesperado: muchos de ellos contenían elementos específicos de la Vía Láctea y, más concretamente, de la Gran Grieta.
Esto es una zona específica muy oscura y formada con polvo interestelar visible a simple vista como una franja que parece dividir la Vía Láctea. Es decir, tiene sentido que en el Antiguo Egipto pudieran observarla.
Una de las pruebas más claras está en el ataúd exterior de Nesitaudjatakhet, una sacerdotisa de la época. En el sarcófago Nut aparece recostada, con el cuerpo cubierto por estrellas y con una línea ondulada muy oscura que le atraviesa el cuerpo.
Graur ha interpretado esta línea como una recreación antigua de la Gran Grieta. Para el astrónomo, esta hipótesis ganó fuerza al percatarse de que la línea estaba dibujada con una gran simetría en relación con el cuerpo de la diosa.
Descubren varios sarcófagos que demuestran que los egipcios conocían nuestra galaxia
Podría tratarse de un caso aislado y de una línea dibujada al azar, pero Graur ha identificado curvas similares en la representación de la diosa Nut en otros sarcófagos.
El astrónomo identificó líneas que también recordaban a la Gran Grieta en al menos cuatro tumbas del Valle de los Reyes, incluidas las del faraón Ramsés VI, que reinó del 1143 a. C. al 1136 a. C.
En la tumba del faraón, Nut está dibujada dos veces: una frente a la otra y separadas por una curva dorada que comienza en la cabeza y que recorre todo el cuerpo.
Según la investigación, este patrón también podría asemejarse a la estructura visual de la banda galáctica que puede verse cuando los cielos están despejados.
¿Por qué el descubrimiento de la Vía Láctea en los sarcófagos es tan importante?
Los arqueólogos y egiptólogos ya habían hablado de la posible conexión entre Nut y la Vía Láctea, pero jamás se había dado un enfoque científico al asunto.
Con el estudio de Graur la astrofísica ha empezado a formar parte de la ecuación, ya que ha aportado una evidencia empírica basada en patrones astronómicos reales.
Es decir, Nut no sólo era una deidad para los egipcios, sino que ayudaba a representar los conocimientos astronómicos que poseían.