Puigdemont rechaza que la CUP presida el Parlament y busca candidato tras el no de Borràs
La intransigencia de Puigdemont, que quiere más poder a cambio de renunciar a la presidencia del Parlament, encalla las negociaciones a 48 horas para la constitución de la cámara
Las negociaciones para la formación de la mesa del Parlament no cesan en Cataluña. Tras el principio de acuerdo alcanzado el fin de semana entre Esquerra Republicana y la CUP para investir a la antisistema Dolors Sabater presidenta de la cámara, este miércoles los dos partidos se sentaron por primera vez en la mesa con Junts per Catalunya, la otra parte implicada. JxCAT también quiere este cargo para que lo ocupe su candidata, Laura Borràs. O eso es lo que pretende Carles Puigdemont. Según ha podido saber este periódico, el partido convocará a su Ejecutiva en las próximas horas para decidir el nombre de su candidato. Porque Borrás no lo ve claro.
A los tres partidos separatistas les quedan 48 horas para suscribir un pacto que allane la futura investidura de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat y aleje la posibilidad de repetición electoral. Y a dos días para que dé inicio el pleno constitutivo del Parlament, el acuerdo a tres aún está lejos. El papel institucional de los anticapitalistas, a los que ERC les quiere ceder la presidencia, y la intransigencia de los de Puigdemont dificulta aún más un acuerdo ya de por sí complicado. Y es que la mayoría separatista es amplia, pero no tanto como para lograr las cinco de las siete sillas de la mesa, como pretenden.
En las últimas horas los pasillos del parlamento catalán han sido el escenario principal de las conversaciones, con reuniones informales a la vista de periodistas y resto de grupos parlamentarios. Solo junteros y cuperos se atrevían a opinar sobre lo ocurrido. El principal actor en juego, Esquerra Republicana, guarda silencio. Dicen fuentes de los republicanos que «es la mejor forma de no hacer descarrilar las conversaciones y los futuros acuerdos». Opiniones distintas sobre el punto actual de las negociaciones.
Carles Puigdemont y JxCAT creen que les pertenece la presidencia del Parlament en tanto que son el segundo partido independentista con mayor número de votos y escaños. Ceder esa plaza, pues, pasa por conseguir buenas contrapartidas a cambio. Consejerías con mayor capacidad de gasto público o el control absoluto de la radio televisión pública catalana son solo algunas de las exigencias de los junteros para dar a la CUP el control de la cámara baja.
Debate de nombres en Junts
Waterloo quiere que sea Borràs la futura presidenta del Parlament. Carles Puigdemont se la quiere quitar de encima y despejar el futuro del Ejecutivo para colocar en él a personas de su máxima confianza. Pero ella prefiere optar a la vicepresidencia de la Generalitat y ser la número dos de Pere Aragonès. O intentar ser la uno, en caso de repetición electoral y conseguir la victoria. Aunque inicialmente había aceptado, ahora, la posibilidad de nuevas elecciones le empuja a renunciar al cargo. Eso ha abierto un debate de nombres en el seno de la formación independentista.
Además de Laura Borràs, que este miércoles participa en su último pleno en el Congreso, pese a que no intervendrá en la cámara, Junts baraja los nombres de la profesora gerundense Gemma Geis, persona de la máxima confianza del presidente fugado; su abogado, Jaume Alonso-Cuevillas o el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet. Este último, sin embargo, se muestra reacio a esta posibilidad. El que fuera rival de Borràs en las primarias de JXCat prefiere mantenerse en el Ejecutivo.
C’s y PP negocian con los Comunes
Evitar que el independentismo tenga cinco de las siete sillas de la mesa es el principal objetivo de los grupos constitucionalistas. Eso provoca que, a esta hora, partidos tan antagónicos como Ciudadanos, Partido Popular y Comunes estén poniéndose de acuerdo para que la franquicia de Podemos en Cataluña tenga representación en este órgano de dirección, evitando la entrada de VOX. De esta forma ERC, JXCat y PSC lograrían dos sillas cada uno y los Comunes una. Una de las de Esquerra, no obstante, acabaría en manos de la CUP si finalmente les ceden con nueve escaños la presidencia del legislativo.