Todo lo que necesitas saber sobre los suplementos de hierro en el embarazo
Si siempre es vital que vigilemos nuestra salud, más importante lo es aún cuando se está esperando un hijo. Y es que se hace necesario tener las cantidades necesarias de calcio, de ácido fólico o de hierro, entre otros, para que el organismo funcione de forma adecuada y la gestación transcurra sin complicaciones. No obstante, cuando los niveles de esos nutrientes no son los imprescindibles se debe optar, por ejemplo, por los suplementos de hierro en el embarazo.
Sigue leyendo y conoce todos los datos al respecto.
La importancia del hierro
Lo primero que hay que tener claro es que es imprescindible que el mencionado hierro se encuentre a los niveles necesarios durante los nueve meses. Y es que ese mineral es esencial para la vida y la salud tanto de la madre como del feto por todas las funciones que viene a realizar, entre las que se hallan las siguientes:
- Sin lugar a dudas, su labor más importante es que previene que la gestante pueda sufrir anemia, la cual puede provocar situaciones tales como dificultades en lo que es la oxigenación del bebé, mareos, irritabilidad, bebé con bajo peso, parto prematuro…
- Fortalece, además, lo que es el sistema inmunológico de la mujer. Esto es algo muy relevante ya que reducirá los riesgos de que la embarazada pueda padecer alguna enfermedad o infección, por ejemplo.
- De la misma manera, hay que saber que el hierro contribuye al buen desarrollo del pequeño que viene en camino.
Suplementos de hierro en el embarazo
Por regla general, la mujer que espera un hijo debe incluir en su dieta alimentos ricos en hierro en pro de que los niveles de ese mineral sean los adecuados. Nos estamos refiriendo a productos tales como las verduras de hoja verde, legumbres como las lentejas, carne de pavo, kiwi, naranja, almendras…
No obstante, si la ingesta de esos alimentos no son suficientes para lograr que el hierro esté en sus parámetros adecuados, el doctor, tras comprobar los análisis sanguíneos de su paciente, puede establecer que es necesario que la gestante tome suplementos de hierro. Y es que no hay que olvidar que durante esos nueve meses la mujer necesitará más ese elemento, entre otras cosas, debido a la nutrición del bebé o al necesario “mantenimiento” en perfecto estado de la placenta.
Así, se establece que si una mujer no embarazada necesita 17 mg diarios de hierro, la futura mamá requerirá 30 mg al día.
Si el médico establece la ingesta de esos citados suplementos de forma diaria hasta que los mencionados parámetros del hierro vuelvan a ser los idóneos. Suplementos que nunca excederán los 60 mg de hierro elemental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que contribuirán, a que se reduzca hasta en un 70 % la probabilidad de que la embarazada pueda sufrir anemia.
Otros datos de interés
Además de todo lo expuesto, es importante conocer otros aspectos relevantes sobre los suplementos de hierro como son los siguientes:
- La gestante siempre debe tomarlos bajo prescripción médica.
- En algunas embarazadas, la ingesta de esos productos puede traer consigo que tengan que sufrir “consecuencias” tales como diarrea, estreñimiento o algunos trastornos de tipo digestivo.
- Lo más recomendable es tomar esos suplementos en ayunas. ¿Por qué? Porque existen ciertos alimentos que pueden interferir en lo que es su absorción y, por tanto, pueden disminuir sus efectos. De ahí que lo ideal sea ingerirlos una hora antes de comer. Eso sí, esta acción puede traer consigo algunas de las consecuencias ya mencionadas en el punto anterior. En concreto, es fundamental evitar tomar esos suplementos junto a productos tales como la leche, el café, alimentos integrales e incluso suplementos de calcio.
- No obstante, hay otros alimentos que favorecen la absorción del hierro por parte del organismo. Este sería el caso, por ejemplo, de todos los que son ricos en vitamina C como la naranja, el tomate, el kiwi o incluso la fresa.
- La ingesta de estos suplementos puede traer consigo que la gestante se dé cuenta de que sus heces adquieren un color más oscuro e incluso que se incremente su acidez estomacal.
- El gluconato ferroso y el sulfato ferroso son dos de los preparados de este tipo que más se suelen emplear durante la gestación.