Somnolencia durante el embarazo: ¿cuándo es normal y cuándo conviene consultar al médico?

El embarazo es una etapa llena de cambios en el cuerpo y en la mente de la mujer, que pueden tener un impacto en su sueño y en su vitalidad. Durante el primer y el tercer trimestre del embarazo, es frecuente que la mujer se sienta más agotada o con sueño, debido a los efectos de las hormonas, el incremento de peso, el estrés y las incomodidades propias de la gestación. Estos factores pueden alterar la calidad y la cantidad del sueño, lo que puede repercutir en el estado de ánimo y el bienestar de la mujer.

Sin embargo, no siempre la somnolencia durante el embarazo es normal o inocua. Hay situaciones en las que la somnolencia puede ser exagerada o anormal y requerir atención médica. Esto puede ocurrir cuando la somnolencia impide realizar las actividades diarias o se acompaña de otros síntomas que pueden indicar algún problema de salud. A continuación te explicamos cómo diferenciar la somnolencia normal de la somnolencia patológica durante el embarazo y cuándo debes consultar al médico.

Somnolencia durante el embarazo

Antes de entrar en las posibles causas de la somnolencia durante el embarazo, es importante aclarar qué se entiende por somnolencia. La somnolencia es una sensación subjetiva de falta de energía, de necesidad de dormir o de dificultad para mantenerse despierto. La somnolencia no es lo mismo que el sueño, que es un estado fisiológico que se caracteriza por la pérdida de conciencia, la disminución de la actividad motora y la reducción de la respuesta a los estímulos externos. La somnolencia puede ser un indicador de que el sueño es insuficiente o de mala calidad, pero también puede tener otras causas que veremos a continuación.

¿Qué causa la somnolencia durante el embarazo?

La somnolencia durante el embarazo puede tener varias causas, entre las que se encuentran:

• Los cambios hormonales: El aumento de la progesterona, una hormona que favorece el desarrollo del feto y la implantación del óvulo, puede provocar somnolencia, especialmente durante el primer trimestre. La progesterona tiene un efecto sedante sobre el sistema nervioso central, lo que hace que la mujer se sienta más relajada y con sueño. Además, la progesterona puede afectar al ritmo circadiano, que regula el ciclo de sueño-vigilia, y alterar los patrones de sueño de la mujer.
• El aumento de peso: A medida que avanza el embarazo, el cuerpo de la mujer debe adaptarse al crecimiento del feto y al aumento de peso. Esto supone un mayor esfuerzo para el corazón, los pulmones, los riñones y el sistema circulatorio, que deben trabajar más para oxigenar y nutrir al bebé. Como consecuencia, la mujer puede sentirse más fatigada y con menos energía, sobre todo durante el tercer trimestre, cuando el peso del bebé es mayor y la presión sobre el diafragma dificulta la respiración.
• El estrés: El embarazo puede generar estrés por diferentes motivos, como las preocupaciones por el parto, el bebé, el trabajo, la economía o los cambios familiares. El estrés puede afectar al sueño, causando insomnio, pesadillas o interrupciones frecuentes. Además, el estrés puede aumentar los niveles de cortisol, una hormona que activa el organismo y dificulta el descanso. Por lo tanto, el estrés puede hacer que la mujer se sienta más cansada y somnolienta durante el día.
• Las molestias propias del embarazo: El embarazo puede causar diversas molestias que pueden interferir con el sueño y la calidad de vida de la mujer, como las náuseas, los vómitos, el reflujo, el dolor de espalda, las piernas hinchadas, los calambres, el estreñimiento o las ganas frecuentes de orinar. Estas molestias pueden dificultar el conciliar el sueño, mantener una postura cómoda o dormir de forma ininterrumpida. Como resultado, la mujer puede sentirse más somnolienta durante el día.

¿Cuándo es normal sentir somnolencia durante el embarazo y cuándo no?

La somnolencia durante el embarazo es un síntoma común y normal que suele mejorar a medida que se adapta el organismo y se resuelven algunas de las causas que la provocan. Por ejemplo, la somnolencia suele disminuir durante el segundo trimestre, cuando los niveles de progesterona se estabilizan y las náuseas remiten. Además, la somnolencia puede variar según la mujer, el tipo de embarazo y el estilo de vida.

Sin embargo, hay casos en los que la somnolencia puede ser excesiva o anormal y requerir atención médica. Algunas señales de alerta son:

• Sentir somnolencia extrema o constante que impide realizar las actividades cotidianas o que afecta al estado de ánimo o al rendimiento laboral o académico.
• Tener dificultades para despertarse o mantenerse despierta durante el día, incluso después de haber dormido suficientes horas por la noche.
  Presentar otros síntomas asociados a la somnolencia, como mareos, dolores de cabeza, palpitaciones, falta de aire, visión borrosa, confusión o pérdida de memoria.
• Tener antecedentes o factores de riesgo de padecer alguna enfermedad que pueda causar somnolencia, como la anemia, la diabetes gestacional, la apnea del sueño, el hipotiroidismo, la depresión o la infección urinaria.

Estas situaciones pueden indicar que la somnolencia se debe a alguna alteración en el organismo o en el embarazo que puede afectar a la salud de la madre o del bebé. Por eso, es importante consultar al médico si se presenta alguna de estas señales de alerta o si se tiene alguna duda sobre la somnolencia durante el embarazo.

¿Qué se puede hacer para aliviar la somnolencia durante el embarazo?

La somnolencia durante el embarazo puede aliviarse con algunas medidas sencillas que pueden mejorar el sueño y el nivel de energía de la mujer. Algunas de estas medidas son:

• Seguir una rutina de sueño regular: Es conveniente acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, evitando las siestas largas o tardías que puedan alterar el ritmo circadiano. También se recomienda dormir entre 7 y 9 horas por noche, adaptando el horario según las necesidades de cada mujer.
• Crear un ambiente propicio para el sueño: Se aconseja dormir en una habitación oscura, silenciosa, fresca y cómoda, evitando las distracciones como la televisión, el móvil o el ordenador. También se puede usar una almohada especial para embarazadas que ayude a sostener el abdomen y a aliviar la presión sobre la espalda y las piernas.
• Llevar una alimentación equilibrada y saludable: Es importante comer alimentos variados y nutritivos que aporten energía y vitaminas al organismo, evitando los alimentos procesados, fritos, picantes o azucarados que puedan causar indigestión, reflujo o picos de glucosa. También se debe beber suficiente agua para mantenerse hidratada y evitar la retención de líquidos. Asimismo, se debe moderar el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, que pueden afectar al sueño y a la salud del bebé.
• Realizar ejercicio físico moderado y adaptado al embarazo: El ejercicio físico puede ayudar a mejorar el ánimo, la circulación, la respiración y el tono muscular, lo que puede favorecer el sueño y reducir la somnolencia. Se recomienda practicar actividades como el yoga, el pilates, la natación o el paseo, siempre con la supervisión del médico y evitando el sobreesfuerzo o el calor excesivo.
• Reducir el estrés y buscar apoyo emocional: El estrés puede ser una causa importante de la somnolencia durante el embarazo, por lo que es fundamental buscar formas de relajarse y de afrontar las preocupaciones. Se puede recurrir a técnicas como la meditación, la respiración profunda, la música o el masaje. También se puede pedir ayuda a la pareja, la familia, los amigos o un profesional si se siente ansiedad, tristeza o soledad.

La somnolencia durante el embarazo es un síntoma normal que suele mejorar con el tiempo y con algunos cuidados. Sin embargo, si la somnolencia es excesiva o se acompaña de otros síntomas, se debe consultar al médico para descartar cualquier problema de salud. Lo más importante es cuidarse y descansar lo suficiente para disfrutar del embarazo y prepararse para la llegada del bebé.