Le Senne niega que su intención fuera romper la foto de Aurora Picornell y justifica las expulsiones
Mantiene que las diputadas del PSOE Mercedes Garrido y Pilar Costa mantuvieron una actitud provocadora
El Parlament ha emitido este miércoles un comunicado en el que niega que el presidente, Gabriel Le Senne (Vox), tuviera intención de romper la fotografía de Aurora Picornell, como sucedió este martes en sesión plenaria, y en el que justifican la expulsión de la vicepresidenta y secretaria segunda del Parlament, Mercedes Garrido y Pilar Costa (PSOE), de la sala de plenos por su «actitud provocadora».
Cabe recordar que en el pleno de este pasado martes, durante el debate de la propuesta de Vox para derogar la ley de memoria democrática de las Islas, Le Senne arrancó una fotografía de Aurora Picornell del ordenador de Mercedes Garrido. Además, expulsó a ésta y a Pilar Costa de la sala ante la negativa de las socialistas de retirar esta y otras fotografías de víctimas.
En el comunicado, el Parlament enumera las distintas razones que llevaron a esta reacción, explicando que, «al negarse Garrido a retirar el cartel y abandonar la sala, el presidente cerró él mismo el ordenador de Garrido a fin de terminar con la flagrante infracción».
«Al volver la señora Garrido a abrirlo, el presidente intentó retirar el cartel. En ningún caso fue su intención romperlo. No obstante, el presidente admite que habría sido más apropiado ordenar a los servicios de la Cámara la ejecución de la decisión», señala el comunicado.
Con todo, resalta que «en cualquier caso, no es posible censurar la actuación del presidente, sin antes censurar la actitud previa provocadora de la vicepresidenta y secretaria segundas del Parlament».
«El presidente llama a la calma y a evitar más exageraciones y relatos incompletos de lo ocurrido, que lamenta profundamente. En innumerables juntas de portavoces ha pedido a todos los grupos su ayuda para mantener un debate racional y sosegado. La solicitud, evidentemente, se extiende a todos los miembros de la Mesa», continúan desde el Parlament.
Además, indican que Le Senne, «garante de la neutralidad institucional, denuncia la campaña de acoso, insultos y amenazas que está sufriendo en redes sociales, incluso con la participación de diputados de esta Cámara». «Todo intento por menoscabar la neutralidad de nuestras instituciones es un ataque contra la democracia y el Estado de derecho», completa el documento.
Por otro lado, sobre la expulsión de las dos miembros de la Mesa durante la sesión plenaria, el Parlament alega que el Reglamento establece «el deber de la Presidencia de mantener el orden».
«Tanto el presidente como el resto de la Mesa deben mantenerse neutrales en los debates. Un ejemplo de la aplicación de este principio es que cuando un miembro de la Mesa interviene en un debate, abandona la Mesa y ocupa un escaño abajo, a fin de preservar la neutralidad de la Mesa», agregan.
Así, sostienen que los miembros de la Mesa deben ayudar al presidente en su labor de asegurar el correcto desarrollo de las sesiones y mantenimiento del orden, y que corresponde a la Presidencia la interpretación del reglamento y su aplicación durante las sesiones.
«Las señoras Garrido y Costa, ambas miembros de la Mesa, exhibieron carteles claramente partidistas en la Mesa», señala el comunicado, añadiendo que varios diputados mostraron también carteles desde sus escaños y, a ello, el presidente no puso objeción.
También señalan que Le Senne trató de convencer «en privado y de manera reiterada» a Garrido para que retirara los carteles «con el fin de mantener la neutralidad de la Mesa» y, según cita el documento, «Garrido llegó a asegurar que los retirarían tras la intervención del diputado de Vox, cosa que luego no hicieron».
«El presidente decidió inicialmente, y tras comentarlo con el vicepresidente, dejar pasar la infracción, por no generar más desorden. Sin embargo, crecían las quejas por parte de numerosos diputados de distintos grupos por la falta de respeto a la Cámara y a la Mesa», alegan.
En consecuencia, según «el deber de neutralidad e imparcialidad que debe mantener la Mesa, el presidente hizo saber en privado a Garrido que, si no retiraban voluntariamente los carteles, las llamaría al orden y las expulsaría».
A ello, continúa el Parlament, «Garrido respondió ‘expúlsanos’, encogiéndose de hombros, a lo que acto seguido, y tras llamarlas tres veces al orden, ante su actitud rebelde, se procedió».
«Es inaceptable que los miembros de la propia Mesa, que deben dar ejemplo de buen comportamiento, no sólo sean quienes perturben el orden, sino que además se nieguen a acatar las decisiones de la Presidencia en el ejercicio de sus funciones», finaliza el comunicado del Parlament, refiriéndose también a un artículo del Reglamento que establece que si el diputado sancionado (expulsado) se niega a abandonar la sala, el presidente adoptará las medidas que considere pertinentes para hacer efectiva la expulsión.