Prohens abre la puerta a mantener la limitación vigente a la llegada de cruceros al puerto de Palma

La presidenta del Govern, Marga Prohens, abre la puerta a mantener la limitación vigente aprobada en 2022 a la llegada de cruceros al puerto de Palma. El día después de que manifestara que abrirá espacios de diálogo para la transformación del modelo turístico, ya que «Baleares ha llegado a su límite» y «no se puede crecer más», el Parlament balear ha aprobado con la única abstención de los independentistas de Més una Proposición no de Ley (PNL) en la que insta al Govern a iniciar el proceso de diálogo y acuerdo con las asociaciones de empresas navieras y consignatarias de cruceros turísticos, para poder renovar el acuerdo sobre la llegada ordenada de cruceros al Puerto de Palma.

Un acuerdo parlamentario que, en sí no compromete a nada, pero que unido a las declaraciones de la líder del Ejecutivo autonómico, abre la puerta a la posibilidad de mantener las restricciones vigentes en el puerto de Palma de un máximo de tres buques al día, de los cuales sólo uno de ellos puede tener una capacidad superior a los 5.000 pasajeros.

De hecho ese pacto del anterior Govern de Armengol tenía como fecha final de vigencia este verano de 2024, por lo que Prohens tendrá que negociar un nuevo acuerdo, o mantener el actual con algunos cambios, que no afecten al número de buques, ni de cruceristas.

Algo que ya está contemplado, pero no definido en el acuerdo programático suscrito por PP y Vox, que le dio el Govern en solitario a Marga Prohens cuyo punto 21 establece el compromiso de ambos partidos en la «defensa del turismo de cruceros por su impacto en el comercio, la restauración y otros sectores estratégicos, gestionando los flujos de embarcaciones y de visitantes, y evitando una sensación de saturación para los residentes».

De hecho en su intervención la diputada del Partido Popular, María Salomé Cabrera, en la Comisión Parlamentaria de Turismo, Comercio, Trabajo Cultura y Deporte, donde se abordó esta propuesta del PSIB-PSOE, manifestó que «es importante el mensaje de la presidenta porque es prioritario coordinar el desarrollo de nuestra principal industria que es el turismo con el bienestar del residente, porque si no, no ganamos nadie, y ahí donde la presidenta ha creado espacios de dialogo para conseguir las mejores soluciones de futuro».

Teniendo en cuenta que las compañías navieras planifican sus actividades y fijan sus rutas y escalas con mucha anticipación, el Govern de Prohens tendrá que ponerse manos a la obra más pronto que tarde, para negociar y cerrar un acuerdo este año con las patronales del sector para «regular, ordenar y gestionar», la llegada estas embarcaciones al puerto de Palma, como indicó la diputada del PP.

La proposición sin rango legislativo del PSOE a la que el resto de fuerzas políticas incluido Vox y PP, dieron su respaldo con la única abstención de Més per Mallorca, recoge que «es del todo necesario garantizar el uso sostenible de los recursos naturales, como por ejemplo el agua, por parte de la actividad turística de los cruceros, así como poder ordenar la llegada de barcos y hacer compatible la pervivencia de la actividad económica y comercial de la ciudad de Palma, con la calidad de vida de las ciudadanas y los ciudadanos».

Asimismo, insta a evitar la excesiva concentración de visitantes en determinadas horas y días y en determinados espacios urbanos porque esto va en detrimento de la calidad de su experiencia y en consecuencia puede penalizar la reputación de Palma como desmarga protino turístico.

El diputado del Grupo Parlamentario Socialista, Damià Borràs, pese al voto a favor del PP, manifestó que «pese a la constatación de los hechos, y que dice Prohens que se ha llegado a una situación límite, el Govern sigue manteniendo contradicciones».