El piano protagonizará la XXVIII edición de ‘Estius Simfònics’ en el Castillo de Bellver
Los conciertos tendrán lugar entre el 29 de junio y el 26 de julio
‘Estius Simfònics’ regresa al Castillo de Bellver
El piano protagonizará la XXVIII edición de Estius Simfònics, el ciclo de la Orquestra Simfònica Illes Balears (OSIB), que tiene lugar en el patio de armas del Castillo de Bellver. En realidad lo de Estius se remonta al 2015, porque de siempre se conocía como el Festival Internacional de Música de Bellver. En cualquier caso, este ramillete de conciertos anuncia lo cercanas que están las vacaciones de la orquesta, cuya temporada, en esta ocasión, ha servido para presentar el medio centenar de conciertos, entre los propios de la temporada de abono y aquellos extraordinarios de los que aún aguardan cinco por materializarse, coincidiendo con las citas de Bellver. De los cinco me interesa especialmente el confirmado para el 12 de agosto en el claustro de San Domingo, coincidiendo con el Festival de Pollença.
Pablo Mielgo, director titular de la OSIB, que ahora mismo se encuentra en Miami cumpliendo sus compromisos con The New World Symphony, nos apunta que la idea central del piano como protagonista es la posibilidad de «visualizar en un ejercicio intergeneracional cómo se aborda el pianismo a través de distintas culturas y de intérpretes de diferentes continentes».
Los conciertos tendrán lugar entre el 29 de junio y el 26 de julio, siendo el primero una gran novedad, porque se escucharán dos conciertos para piano y orquesta interpretados por diferentes pianistas: Davit Khirikuli será quien ocupe el taburete durante el Concierto para piano número 2 de Brahms y Martín García el solista en el Concierto para piano número 2 de Rachmaninov. Ya en la misma velada, dos temperamentos diferenciados a la hora de indagar en el teclado. Pero hay más: por primera vez, va a tener presencia en este ciclo la Petita Simfònica. Ocurrirá el 6 de julio, sentado al piano el mallorquín de 14 años, Liam de Paor, que interpretará el primer movimiento del Concierto para piano de Grieg y asimismo Carme Alzina para hacer lo propio con el Concierto para violín de Bruch.
Una apreciable iniciativa es la que se producirá el 20 de julio, esta vez con Joji Hattori en la dirección (los otros conciertos los dirige Pablo Mielgo). Recordarán que el año pasado en Bellver, Hattori dirigió un concierto en el que intervenía el dúo de virtuosos en tono humorístico, Igudesman & Jo, dos años antes invitados a participar en el Festival de Pollença. Pues bien, en esta ocasión el pianista coreano Hyung-Ki Joo, sin valerse de cualquier excentricidad pasmosa, interpretará el Concierto para piano de Ravel.
El programa de este año se nutre del romanticismo y el clasicismo, como las varas de medir el pianismo y otras cuestiones, como sin ir más lejos el recital lirico que no podía faltar y que cerrará Estius Simfónics la noche del 26 de julio contando con la soprano Olena Tokar, si bien para entrar en materia se escuchará, cómo no, el Concierto para piano número 3 de Beethoven a cargo como solista de Dmytro Choni.
Así pues, acabando el ciclo el espectador reincidente sabrá cómo acuden al temperamento del piano, sensibilidades tan distintas, como lo son la latina, la asiática y la rusa. Que no es poco. Todo ello en el marco de un escenario natural, que mueve como ningún otro a espectadores plurinacionales.
Como he apuntado previamente en paralelo al programa de los Estius van a tener lugar una serie de conciertos extraordinarios, de producción externa a la OSIB, el último de ellos como segunda entrega del Festival de Pollença que nos concierne muy especialmente, puesto que marcará la despedida de Joan Company como director de la Coral UIB, que él fundó hace 47 años. Un concierto lírico-sinfónico que conjugará encuentros entre Mendelssohn, Handel, Beethoven, Brahms y Bach, de este último fragmentos de su Misa en si menor que ya fue durante la pandemia motivo de homenaje a los 75 años de la Capella Oratoriana. Todo a punto, instalados en la normalidad.