El Govern de Armengol lanza su mayor ataque contra la enseñanza concertada: propone cerrar 47 aulas
Toma esta medida, que afectará a 18 centros concertados de Baleares, alegando el descenso de la natalidad
Escuela Católica denuncia que el cierre de aulas pone en peligro la viabilidad de muchos centros y centenares de empleos
Docentes, sindicatos y monjas estallan contra el Govern de Armengol por ahogar a la enseñanza concertada
La Conselleria de Educación del Govern balear que preside la socialista Francina Armengol lanza a pocas semanas de las elecciones su mayor ataque contra la enseñanza concertada en Baleares y propone cerrar 47 aulas en 18 centros pertenecientes a diferentes entidades, laicas y religiosas.
Escolas Católica, la asociación de centros religiosos, afirma que «no hay precedentes, en los 25 años desde la asunción de las competencias educativas, de tan feroz ataque contra la enseñanza concertada y contra la libertad de elección de centro y los derechos de los docentes y demás trabajadores de la enseñanza concertada».
Para este viernes 21 de abril la Conselleria de Educación del socialista Martí March ha convocado a los miembros de la Comisión de Conciertos Educativos de las Islas Baleares, máximo órgano consultivo en la materia, para explicar su propuesta de modificación de conciertos con motivo del descenso de la natalidad.
Es un hecho generalizado en todo el territorio español la reducción de las tasas de natalidad, lo que implica una disminución de la población escolar en la etapa de Educación Infantil. Todo ello se ve agravado por los efectos de la pandemia y los desorbitados precios de la vivienda, dos factores que han provocado una disminución del número de alumnos en los colegios concertados.
La Conselleria de Educación presenta ahora una propuesta que afecta únicamente a la enseñanza concertada en claro beneficio de la red pública. El cierre de las 47 aulas se centra especialmente en la Educación Infantil y, como ya se ha adelantado, afecta a 18 centros de Baleares.
Los centros públicos que hayan sufrido una importante reducción del número de alumnos no se verán afectados por la eliminación de aulas, sólo los concertados. Será una de las últimas actuaciones del conseller Martí March antes de abandonar el cargo para presentarse a las elecciones municipales de su pueblo, Pollensa.
Para Escola Catòlica, «la bajada del número de alumnos debería conducir a intentar mejorar la calidad de la enseñanza en toda la red educativa -pública y concertada- y aprovechar para llevar a cabo una reducción generalizada de las elevadas ratios de alumnos vigentes, tal y como desde los sindicatos se ha venido reivindicando desde hace décadas. Sin embargo, a pocas semanas de las elecciones, la Conselleria de Educación propone únicamente al sector concertado esta reducción de alumnado».
Aunque la Conselleria manifiesta que ésta es sólo una propuesta provisional y que la decisión definitiva la adoptará en el mes de septiembre -tras las elecciones-, para Escola Catòlica «no hay precedentes, en los 25 años desde la asunción de competencias educativas , de tan feroz ataque contra la enseñanza concertada, y contra la libertad de elección de centro y los derechos de los docentes y demás trabajadores de la enseñanza concertada, cuyos puestos de trabajo peligran seriamente».
En un comunicado, Escola Catòlica afirma que con esta decisión «parece que el Govern quisiera recuperar por la vía de la disminución de conciertos y con el futuro cierre de centros las cuantías a las que se comprometió abonar a la concertada en el acuerdo firmado recientemente para enjugar en los próximos cuatro años el déficit de financiación pública de los centros, que se arrastra desde 2008, y las mejoras a su personal».
A finales del pasado año, los docentes, sindicatos, patronales y religiosas ya se manifestaron frente al Parlament contra el maltrato a la enseñanza concertada por parte del Govern de Francina Armengol y el presupuesto «ridículo» previsto para este sector de la docencia en el que se forman el 30% de los alumnos de las Islas.
La principal reivindicación de los manifestantes fueron entonces la equiparación salarial con los profesores de la enseñanza pública y un aumento considerable del presupuesto que permita la supervivencia de los colegios privados concertados que ahora sufren una situación insostenible. «Mismas obligaciones, mismos derechos», fue una de las proclamas de los manifestantes.
La manifestación fueron convocados por todos los sindicatos con representación en el sector de la enseñanza como son USO, STEI, FSIE, UGT y CCOO así como las patronales de la concertada incluido Escola Catòlica, que representa a los centros religiosos.