Razones por las que la película ‘Las guerreras K-pop’ es mucho mejor de lo cabría esperar

Crítica (sin spoilers) de uno de los fenómenos veraniegos de Netflix, la película animada Las guerreras K-pop. La cinta lo tenía todo para ser un éxito pero no contentar a los entendidos y, sin embargo, funciona a la perfección gracias a un guion perfectamente armado. Y es que esta cinta de aventuras fantásticas, demonios, amor y amistad podría verse, a priori, como un artefacto que intenta explotar la moda del pop coreano y de la fantasía romántica tan popular en la literatura juvenil actual. Es cierto que hay una intención clara de los responsable de la cinta pero la historia va más allá de la propuesta y aunque no innova nada y es bastante previsible, triunfa por obra y gracia de su respeto cultural, su estupenda estética y a una estructura de hierro. No es broma cuando se puede asegurar que debería verse Las guerreras K-pop si lo que quieres es saber de guion y no se tiene ni idea. Da igual si no te gusta la animación, los grupos de K-Pop o te molestan los musicales, esta película es un acierto para cualquier edad.
Sinopsis
La trama de Las guerreras K-pop nos sitúa en un contexto fantástico en el que los demonios roban el alma de los fans para otorgar energía al Rey demonio, mientras tres estrellas del K-pop-Rumi, Mira y Zoey- llevan una doble vida mientras llenan estadios y cazan a estos entes oscuros. En otra época, los demonios fueron sellados con una barrera mágica, pero ahora esta se ha venido abajo cuando su grupo de música se prepara para una nueva gira mundial. Los problemas se agravan cuando descubren que los demonios se han infiltrado como una boy-band rival denominada Los Saja Boys, liderado por Jinu , un demonio misterioso con un pasado humano muy trágico.
Lección de guion
Una de las mejores y más accesibles guías sobre la escritura de guiones cinematográficos es ¡Salva al gato! de Blake Snyder. Aquí, el autor estructura el guion en 17 puntos claves, que viene siendo la clásica disposición del Viaje de Héroe que se utiliza en cualquier ficción pero concretada por minutos de película (es decir, que te explica en qué página de guion tiene que pasar qué cosas para que la trama funcione y tenga ritmo).
Bien, vi hace no mucho Las guerreras K-pop y me sorprendió que me gustara tanto. Luego me acordé de la guía de Snyder y volví a ver la película por segunda vez con el libro en la mano y me di cuenta de que cumple las reglas punto por punto y minuto por minuto. En el comienzo se introduce el universo y el tono. A los tres minutos se presentan a las heroínas y al personaje protagonista (en este caso, Romi), que es con quien el espectador va a seguir la historia. En el minuto 13 exacto, se desvela (gracias una canción) el conflicto real. Luego aparece el personaje principal (aquel que, en caso de eliminarse, no existiría la trama- aquí, el puesto lo ocupa Jinu-). Tras un primer enfrentamiento entre protagonista y principal, ella toma una decisión y pasamos al segundo acto. Y así, entre temas musicales, amor adolescente , amistad, traiciones, batallas y toques de humor, llegamos a un desenlace tan previsible como efectivo.
Una estructura tan medida no es algo imperativamente positivo. Las fórmulas están bien pero seguirlas como dogmas implica cierta frialdad. El truco es tener algo que contar más allá de cómo hacerlo.
Me imagino a ejecutivos de Netflix preguntando qué es lo que está más de moda entre los jóvenes. Les responderían que el K-pop y libros como Alas de sangre (fantasía romántica con personajes que se odian al principio pero luego se enamoran). Pues hecho. El algoritmo ha hablado. Mezclemos ambos conceptos: cantantes coreanas que cazan demonios.
Podría haber sido un intento ridículo de explotación de varias modas pero, sin embargo, Las guerreras K-pop funciona en muchos sentidos. Primero, el nivel de producción y visual es estupendo. Hay lujo en las imágenes. También es destacable el respeto cultural. Aquí mezcla influencias de anime, videoclips musicales, iluminación de conciertos y estética K‑drama. La caracterización de los personajes es perfecta, reconocible y adorable.
Y el guión, además de cumplir con todos los requisitos para ser trepidante y entretenido, va más allá de la historia. Las guerreras K-pop habla de la culpa, entendida como una mezcla de remordimientos y vergüenza. La manera en la que el villano (el Rey Demonio) atrapa a sus víctimas y cómo estás aceptan el castigo de vender su alma es maravilloso. La película habla, por consiguiente, de la redención, de la aceptación de uno mismo a pesar de los pecados cometidos y más allá de la aprobación social.
En definitiva, Las guerreras K-pop es lo que deberían ser muchas de las grandes superproducciones animadas de los grandes estudios: sencilla, entretenida, icónica en lo visual, con un mensaje claro pero no tópico y con corazón. Mucho corazón.