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El negocio de lujo de las hermanas Pombo del que nunca han hablado: cerró por una gran caída de ventas

María Pombo y su familia no tienen tanta suerte como parece en el mundo de los negocios

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María Pombo
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Las hermanas Pombo siempre han mantenido una comunicación abierta y cercana con sus seguidores. Sin embargo, existe un capítulo poco explorado y que hasta ahora no había sido abordado públicamente: el cierre de una joyería de prestigio vinculada a su familia, un negocio con raíces históricas en Santander que marcó una era en el comercio de lujo en la región. En OKDIARIO hemos descubierto todos los detalles y podemos adelantar que María Pombo no quería que esto viera la luz.

Santander, ciudad con un marcado arraigo para las Pombo, albergó durante décadas una joyería emblemática conocida como Presmanes. Esta tienda, situada en una de las zonas comerciales más transitadas del centro, representó durante años un referente en el mercado de artículos de lujo. La conexión de esta joyería con la familia de las hermanas Pombo no había sido revelada públicamente hasta hace muy poco, cuando Marta Pombo decidió compartir esta información a través de sus redes sociales. La joyería Presmanes, con más de 180 años de historia, fue testigo de la evolución del comercio en la capital cántabra y del cambio en los hábitos de consumo en el sector del lujo.

Todos los detalles sobre el negocio

Marta Pombo explicó en sus historias de Instagram que la joyería era propiedad de una parte de su familia y que, durante su infancia, recordaba cómo sus tíos regalaban relojes a sus tías en este emblemático local. El cierre definitivo de Presmanes tuvo lugar en septiembre de 2017, poniendo fin a una etapa que se había caracterizado por ofrecer productos exclusivos, desde platería fina hasta joyas con piedras preciosas de alta calidad y relojes de marcas internacionales de primer nivel. La desaparición de esta joyería significó, según la familia, un momento emotivo y cargado de nostalgia.

María del Monte con su marido, Pablo Castellano. (Foto: Gtres)

El ocaso de Presmanes no fue producto de un hecho aislado, sino el resultado de una serie de circunstancias adversas que afectaron directamente a la viabilidad del negocio. Según informaciones publicadas por El Diario Montañés, el descenso notable en las ventas, unido a la complejidad administrativa derivada de la existencia de numerosos propietarios en el seno de las familias Bannatyne y García Buces, complicó la gestión y tomó un papel central en la decisión de clausurar la joyería. En la primera generación de estos clanes empresariales se contabilizaban más de dieciséis miembros, lo que dificultaba la toma de decisiones ágiles y consensuadas.

Las Pombo llegaron hasta el final

A pesar del cierre de Presmanes, parte de la familia optó por continuar la actividad comercial bajo una nueva denominación: Bannatyne. Este nuevo establecimiento, también situado en Santander, mantiene el legado de lujo y exclusividad en la venta de joyas y platería, aunque en un formato renovado y adaptado a las condiciones actuales del mercado.

La joyería Presmanes alcanzó su mayor esplendor en la década de los años 70, coincidiendo con la expansión internacional de los mercados de lujo. Durante este período, se consolidó como una referencia no solo en España, sino también en Europa, gracias a la calidad y exclusividad de sus productos, así como a su servicio al cliente. Los escaparates eran conocidos por exhibir algunas de las piezas más refinadas en el mundo de la joyería, desde perlas de gran pureza hasta creaciones originales surgidas de talleres artesanales.

Este negocio, además de ser un patrimonio económico, representaba para la familia Pombo una tradición y un orgullo histórico. La vinculación emocional y familiar con Santander, ciudad en la que han veraneado desde siempre y donde ahora poseen viviendas propias, ha mantenido viva la conexión con este pasado comercial que, aunque ahora cerrado, sigue siendo parte de su identidad.

Los otros proyectos de María Pombo

Mientras que la joyería familiar marcó una etapa importante en la historia de la familia, las Pombo han seguido caminos empresariales muy diferentes en la actualidad. María Pombo, por ejemplo, se desvinculó hace algunos meses de su marca de ropa, Name The Brand, un proyecto que había impulsado y que llegó a ser un referente en el sector de moda online. Por su parte, Marta Pombo también tomó la decisión de cerrar su colaboración con las marcas que había desarrollado junto a su ex, enfocándose ahora en su vida familiar y proyectos personales.

Ambas hermanas han sabido construir su propio camino en el ámbito de los negocios digitales y de influencer, con una estrategia basada en la transparencia y la interacción constante con su comunidad. A pesar de esto, nunca habían mencionado abiertamente el negocio joyero de su familia, quizás por tratarse de un sector tan diferente y tradicional en comparación con sus actuales iniciativas vinculadas al mundo digital y de la moda. Este contraste pone de relieve la evolución en las generaciones empresariales y la adaptación a nuevos escenarios profesionales.

La historia de Presmanes y Bannatyne es un reflejo de cómo los negocios tradicionales deben reinventarse para sobrevivir en un mundo en constante transformación, y cómo las nuevas generaciones de emprendedores como las Pombo buscan reinventar su legado con nuevas ideas y enfoques modernos, siempre desde la transparencia.

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