Mónica Pont: «Todos los actores que han hecho algo no han tenido la vida fácil»

Ver vídeo

Las segundas oportunidades cumplidos los 50 existen. La actriz y modelo Mónica Pont es un ejemplo de ello. Para que suceda hay que arriesgar, luchar y no decaer. Miríada de esfuerzos en los que rendirse nunca es una opción. De eso también es ejemplo Mónica. Su historia es la de una niña que empezó trabajando como modelo de publicidad y haciendo sus pinitos en televisión. Después, llegó la serie Hostal Royal Manzanares, junto a Lina Morgan. Fue a finales de los 90. Desde ese momento, su popularidad se disparó con lo que parecía una prometedora carrera. De ella nos llegaba la sonrisa de aquella inocente y alocada Elena; nunca la dura historia familiar que tenía detrás de un padre maltratador. Los focos brillaron hasta que el amor apagó esas luces de los platós. Lo hizo para encender las de un hogar en Gerona (hogar turbulento que, según ella misma narró hace unos años en su libro No estás sola, le hizo vivir episodios muy duros, hoy ya historia).

Historia fueron también sus contratos y proyectos. «Vi puertas cerradas porque pudo más el personaje que la actriz», asevera con el rictus marcado. Era la crónica de un divorcio y una custodia. Pero si algo tiene Mónica es energía e ilusión. Apostó por su carrera, vendió todo en España y se fue a México a intentar empezar allí como actriz. Aprendió español neutro y triunfó. Ahora, con series y películas terminadas, está organizando su traslado a Los Ángeles porque la ha fichado una gran agencia de representación. Lo dice con desbordando felicidad. Será en mayo.

Formada en la prestigiosa escuela de Coraza, asegura que esa base le dio seguridad. Para ella, «un artista tiene que haber tenido una vida difícil que pueda contar en sus personajes». Ella la tiene; sin embargo, mirando atrás, reconoce que lo suyo en el mundo de la actuación es por accidente y que si volviera a nacer, querría ser anónima.

Lo último en Sociedad

Últimas noticias