Un asistente de los ‘Miguelianos’ dice que las «cosas buenas» de la secta eran un «cebo» para captar gente
El sacerdote I.D.V.A., que fue nombrado por el Obispado «asistente eclesiástico» de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, ha testificado este miércoles en la décimo séptima sesión del juicio conocido como de los ‘Miguelianos’ que las «cosas buenas» que realizaba este colectivo, como las «representaciones teatrales» o la «atención al convento», servían de «cebo» para «enganchar a mucha gente».
I.D.V.A., capellán en A Lama, fue quien trasladó al Obispo de la diócesis de Tui-Vigo los supuestos abusos que se estaban cometiendo dentro de los ‘Miguelianos’ y al que éstos consideran su «director espiritual». Sin embargo, en su testifical ha manifestado que no se reconoce como «director espiritual» y que no tenía «el control» sobre esas «confesiones».
En sus explicaciones sobre el vínculo con Dios que decía tener el líder de los ‘Miguelianos’, Miguel Rosendo, el religioso ha sostenido que determinadas actitudes o expresiones suyas no eran «naturales» ni «sobrenaturales», ya que eso solo es «de Dios». «En todo caso eran preternaturales, cosas que están fuera de lo natural, que vienen a través del diablo», ha aclarado.
Durante su testimonio, I.D.V.A. ha explicado que permaneció vinculado a la Orden desde 2006 –en 2008 en Obispo le nombra «asesor eclesiástico– hasta octubre de 2013. Aunque ha apuntado que en diciembre de 2012, cuando tuvo conocimiento de los «abusos» y del «dinero» que se manejaba, se lo comunicó al Obispo y fue éste quien le instó a «seguir dentro» para «confirmar o desmentir» estas cuestiones.
Asimismo, el sacerdote ha reconocido la «dificultad» de comprender lo que ocurría en Orden y Mandato «sin estar ahí» y se ha mostrado contrario a que se autodenominaran «consagradas», a las que él ha llamado «cuasi religiosas». «Es como si yo digo que soy superman. Es que no eran orden religiosa ni nada», ha afirmado. También ha confesado que actualmente siente que fue utilizado por Rosendo.
I.D.V.A. ha descrito cómo le contaron que hasta cinco mujeres mantenían «relaciones sexuales» con Rosendo y que llegó a reunirse con dos de ellas en una parroquia de Vigo antes de que los presuntos abusos se hicieran públicos.
Sobre estos testimonios ha trasladado que «lo pasaban muy mal», que él les decía que les tenía que «sacar un cáncer» y que «el semen venía de la gracia de Dios». «Sí tenían connotación religiosa, por supuesto», ha aseverado sobre estas «relaciones».
Cuando ya conocía la existencia de estos supuestos abusos, ha testificado que le dijo a Rosendo que su «obra» no era «de Dios» y que tras la última misa que celebró en Vilariño dos consagradas le increparon. «Esto no llega a la altura de secta, tú no eres monja, ni madre, ni nada», ha manifestado que le dijo a I.L.S., acusada en esta causa, después de que ella le increpase con una cruz, y que llegó a decirle «al oído»: «no hay que acostarse con nadie».
El sacerdote ha declarado que la Orden era «un mundo aparte» y que «nunca» lo entendió «del todo». A su vez, ha explicado que los primeros años estaba «convencido» de que era «bueno» y que Rosendo era «una buena persona».
«Tenía en cuenta que era una asociación que podía ser importante para la Iglesia. Allí había un carisma pero no era mi cometido meterme», ha señalado para añadir que «ese era el camino que Dios les había marcado».
I.D.V.A. ha descrito la sumisión y «humillaciones» que padecían los ‘Miguelianos’ por parte de su líder. El religioso ha sostenido que Rosendo mostraba «cambios de humor bastante potentes» y que cuando «llamaba la atención» a alguno de sus seguidores «la gente bajaba la cabeza, asumía». Por otra parte, el capellán de A Lama ha asegurado que la Orden no se parece en nada al Opus Dei, del que es miembro.
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