Una ex miembro de ‘Los Miguelianos’ declara que Rosendo le esparcía su semen para «curarle un cáncer»
La exmigueliana M.P., hermana de Marta Paz, una de las consideradas ‘bastones’ de Miguel Rosendo, ha relatado este miércoles que durante «ocho años» sufrió abusos sexuales por parte del que fue líder de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel. La testigo ha explicado que Rosendo abusaba de ella con la excusa de «curarle» un supuesto «cáncer de ovarios», extendiéndole su semen «por la barriga».
Esta mujer ha manifestado en la novena sesión del juicio conocido como de los ‘Miguelianos’ que Rosendo llegó a «abusar» de ella hasta «una vez a la semana» y que ella «nunca» lo rechazó porque la «convenció» de que «la víctima» era él porque «se sacrificó» por ella.
Según M.P., que ha declarado a escasos metros de Rosendo tras un biombo, éste llegó a decirle que Dios le había ordenado que realizase esos abusos. La mujer ha contado que tuvo que realizarle «masturbaciones», «felaciones» y penetraciones de las que –dijo– no siempre era «consciente». Estos episodios ocurrieron, según ha relatado, incluso cuando ella estaba embarazada y la noche antes de su boda.
La testigo entró en la Orden cuando tenía unos 15 años y permaneció en este colectivo desde 1991 hasta 2012. Según su relato, su madre la llevó a la «consulta» que Rosendo tenía «en el Calvario», en Vigo, la primera vez. Su padre y su hermana también estaban en la Orden, pero solo ellas llegaron a vivir en la llamada ‘Casa Madre’ en Mougás, ubicada en el municipio pontevedrés de Oia.
En su declaración, que estuvo interrumpida por el llanto, ha explicado que contrajo matrimonio con un hombre, también migueliano, con el que inició su noviazgo por orden de Rosendo, y con el que ha asegurado que sigue casada. «Creí firmemente que gracias a este matrimonio se iban a acabar los abusos sexuales», ha apuntado.
«Yo asumía que Miguel iba a salvar al mundo», ha sostenido sobre la situación en la que se encontraba mientras permaneció en la Orden y Mandato de San Miguel Arcáncel. M.P. ha respondido, a preguntas de la Fiscalía, que «lo que Miguel decía no lo decía el hombre, venía del más allá» y que, aunque alguien lo contradijese, «eso caía en saco roto».
«Todo lo que salía de la boca de Miguel era ley», ha llegado a afirmar esta exmigueliana, que dejó su trabajo en PSA Peugeot Citroën en Vigo por orden del líder de los ‘Miguelianos’. «Tienes la falsa sensación de que las decisiones las tomas tú, pero todas están dirigidas», ha aseverado para añadir que «solo» tomó una decisión, la de marcharse (de la orden). «Porque no tomé la decisión de entrar, me llevó mi madre», ha recordado.
M.P. ha contado que Rosendo, que llamaba «mamá» a Virgen, la «apartó» de su «núcleo» más cercano cuando ella se escapó de la habitación en la que solían producirse los supuestos abusos. Ha explicado que fueron dos años de «humillaciones» en los que residió en una vivienda que se construyeron alrededor de la ‘Casa Madre’, pero que pidió volver. «Salir de Mougás no era una posibilidad, en mi cabeza era un abismo», ha argumentado.
La testigo ha sostenido que decidió abandonar la Orden al enterarse de que el resto de las chicas también sufrían los mismos abusos. «Yo asumía mi pecado, pero no asumo el de mi hermana ni el de A.L.S.», ha afirmado. M.P. conoció estos abusos por parte de A.L.S., víctima y una de las denunciantes en esta causa.
La mujer ha contado cómo intentó sacar a su hermana (Marta Paz, bastón de Rosendo, que ha declarado a su favor) de la «burbuja» pero que ella la rechazó. «No sé cuánto tiempo tardé en asumir que lo que me había pasado era real», ha reconocido la testigo, que ha necesitado ayuda psiquiátrica.