Tóxicos en casa: ¿es necesario limpiar la vivienda como si fuera un quirófano?

El próximo mes de enero, la Comisión Europea actualizará este tipo de directrices

tóxicos químicos en casa
Un padre con su hijo y con productos de limpieza.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Hoy día, las casas son un auténtico laboratorio químico. Parece que no nos hemos dado cuenta de que disponemos de distintos productos de desinfección y limpieza que deberíamos antes de utilizar, leer detalladamente las etiquetas por ser a larga nocivos para nuestra salud. Y es que, hablar de pesticidas lleva inmediatamente a pensar en los productos químicos aplicados en cultivos, pero existen unas 350.000 sustancias tóxicas en circulación.

De esta forma, según algunos estudios, muchas de ellas se encuentran dentro de los hogares, lo que requiere una «acción a nivel individual, ante la inacción de las autoridades». Carlos de Prada, especialista en tóxicos químicos domésticos y Premio Nacional de Medio Ambiente, ha señalado que estas sustancias «intervienen en la creación de productos de uso cotidiano» que acaban en los hogares, más allá de los contaminantes que algunas industrias puedan esparcir en el aire, el agua o el suelo.

De hecho, según apunta la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en su web, aunque el término ‘plaguicidas’ se utiliza comúnmente como sinónimo de productos fitosanitarios -incluyendo herbicidas, fungicidas, insecticidas, acaricidas, reguladores del crecimiento de plantas y repelentes-, es más amplio y se aplica también a los biocidas -contra insectos, ratas y ratones-.

En Bruselas, la Red europea de Acción sobre Plaguicidas denunció también la «inacción de la Unión Europea» ante el colapso de las poblaciones de insectos, «incluyendo aquellos esenciales para la polinización», ya que en los últimos veintidós años solo ha bloqueado un pesticida en el mercado comunitario, mientras aprobaba «docenas de pesticidas perjudiciales para el medioambiente»: el próximo mes de enero, la Comisión Europea deberá actualizar sus directrices en este sentido.

Sustituciones

Sin embargo, los elementos tóxicos, afirma De Prada, se encuentran «en todos los rincones de casa», pinturas, textiles, alimentos, productos de higiene, utensilios de limpieza «e incluso en el polvo», a través del que se inhalan sustancias como «retardantes de llama, ftalatos o bisfenoles» que han sido relacionados con alteraciones endocrinas, problemas reproductivos y algunos tipos de cáncer.

La normativa REACH, reguladora de sustancias químicas en Europa desde 2007, restringe el uso de 74 tóxicos, lo que «no es ni muchísimo menos suficiente» porque sucede a menudo que cuando una sustancia es identificada por la comunidad científica como «preocupante» es sustituida por otras que «todavía no han sido muy estudiadas».

Es el caso del bisfenol A, prohibido por la legislación europea en el año 2020, y cuyo uso se sustituyó por el del bisfenol S y bisfenol F, que pueden causar «daños análogos» a su predecesora.

La comunidad científica se refiere a este tipo de procesos como «sustitución lamentable» y exige mayor control por parte de las autoridades que «anteponen los estudios de la industria en lugar de basarse en datos avalados por la ciencia».

Efecto cóctel

Otro problema del REACH es que obvia el llamado efecto cóctel de sustancias que pueden almacenarse en el medioambiente y el cuerpo humano conjuntamente, potenciando los riesgos para la salud.

«En una sola fresa, manzana o melocotón puede haber quince pesticidas diferentes al mismo tiempo. Sin embargo, el riesgo, oficialmente, se evalúa como si solo te expusieras a cada uno de esos pesticidas y a ningún otro al mismo tiempo» explica de Prada.

«Todos los adelantos planteados por la comunidad científica para reformar y mejorar la normativa se han venido abajo con el conflicto en Ucrania», ha añadido, después de que la Comisión Europea impusiera «la entrada en vigor de una especie de economía de guerra» en la UE.

El experto, responsable de la iniciativa Hogar sin tóxicos, recomienda además ventilar de forma adecuada la vivienda, pasar más tiempo al aire libre y «leer la etiqueta» para reducir el uso de limpiadores que emplean muchos químicos, sustituyéndolos por opciones más naturales. pues «nuestras abuelas limpiaban la casa con vinagre, bicarbonato y limón: ¿realmente es necesario limpiar el suelo como si fuera de un quirófano?».

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