Revolución en el tratamiento del Parkinson: marcapasos cerebrales personalizados para reducir síntomas

El tratamiento estándar suele incluir levodopa, un medicamento que reemplaza la dopamina

El método se ha denominado estimulación cerebral profunda adaptativa (aDBS)

Parkinson
Un investigador observa el cerebro y la posibilidad de estimularlo contra el Parkinson.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Dos investigaciones recientes realizadas por la Universidad de California en San Francisco (EEUU) han marcado un avance significativo hacia una atención personalizada y continua para pacientes con enfermedad de Parkinson. Este avance es posible gracias a un dispositivo implantado que puede gestionar tanto los problemas de movimiento durante el día como el insomnio durante la noche.

El método, denominado estimulación cerebral profunda adaptativa (aDBS), utiliza técnicas basadas en inteligencia artificial para monitorear la actividad cerebral de los pacientes y detectar variaciones en los síntomas. Al identificar estas fluctuaciones, el dispositivo emite pulsos eléctricos ajustados con precisión. Este tratamiento actúa como un complemento a los medicamentos que toman los pacientes con Parkinson, modulando la estimulación según la efectividad del fármaco: reduce la estimulación cuando el medicamento está activo para evitar movimientos excesivos y la aumenta cuando el fármaco pierde su efecto para prevenir la rigidez.

Es la primera vez que se ha demostrado que una tecnología de implante cerebral de circuito cerrado es efectiva en personas con Parkinson durante sus actividades diarias. El dispositivo recoge señales cerebrales para generar un mecanismo de retroalimentación continua que atenúa los síntomas conforme van apareciendo. Los usuarios pueden desactivar el modo adaptativo o apagar el tratamiento por completo utilizando un dispositivo portátil.

En el primer estudio, se realizó un ensayo clínico con cuatro participantes para evaluar la eficacia del enfoque durante el día, comparándolo con la tecnología anterior de estimulación cerebral profunda (DBS) constante o cDBS. Los investigadores pidieron a cada participante que identificara su síntoma más molesto para adaptar el tratamiento, logrando una reducción del 50% en esos síntomas con la nueva tecnología.

«Este es el futuro de la estimulación cerebral profunda para tratar el Parkinson», comenta Philip Starr, profesor de Cirugía Neurológica en la UCSF y co-director de la Clínica de Trastornos del Movimiento y Neuromodulación. Starr destaca el creciente interés en mejorar la DBS haciéndola adaptativa y autorreguladora, señalando que solo recientemente han surgido las herramientas adecuadas para su uso a largo plazo en los hogares de los pacientes.

A principios de este año, un equipo de la UCSF liderado por Simon Little demostró que la aDBS también podría aliviar el insomnio, un síntoma frecuente en los pacientes con Parkinson. Little, profesor asociado de neurología y autor principal de ambos estudios, enfatiza el avance logrado: «Podemos detectar en tiempo real en qué parte del espectro de síntomas se encuentra un paciente y ajustar la estimulación exactamente a lo que necesita».

La enfermedad de Parkinson se origina por la pérdida de neuronas productoras de dopamina en regiones profundas del cerebro que controlan el movimiento, lo que también puede provocar síntomas no motores que afectan el estado de ánimo, la motivación y el sueño. El tratamiento estándar suele incluir levodopa, un medicamento que reemplaza la dopamina, pero puede generar movimientos incontrolados (discinesia) cuando hay un exceso de dopamina en el cerebro, y provocar temblores y rigidez cuando el efecto del fármaco disminuye.

Algunos pacientes optan por un dispositivo DBS convencional, que proporciona una estimulación eléctrica constante para reducir la necesidad de medicación y minimizar las fluctuaciones de los síntomas. Sin embargo, este enfoque puede sobrecompensar o ser insuficiente, llevando a variaciones en los síntomas a lo largo del día.

Para crear un sistema DBS adaptativo, los investigadores tuvieron que identificar las señales cerebrales asociadas con los diferentes síntomas. Anteriormente, se habían identificado patrones de actividad cerebral relacionados con los síntomas en el núcleo subtalámico (STN), pero la estimulación DBS podría interferir con estas señales. Starr y su equipo encontraron señales alternativas en la corteza motora, una región que no se ve afectada por la estimulación DBS, y se propusieron desarrollar un sistema capaz de utilizar estas señales para controlar la DBS fuera del entorno de laboratorio.

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