Ozonoterapia: definición, riegos y evidencia científica
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En los últimos tiempos las terapias con ozono, también conocidas como ozonoterapia, han vuelto a estar en las primeras portadas de los periódicos y ocupando las principales redes sociales por su supuesta acción efectiva contra la Covid-19.
Lo primero a tener en cuenta acerca de la ozonoterapia es que se distingue de otras porque se basa en la aplicación de ozono médico en el cuerpo humano, procedimiento que puede realizarse mediante punciones mínimas o bien vía aplicación directa, persiguiendo fines terapéuticos.
Por lo general, las terapias con ozono se suelen aconsejar a aquellas personas que presentan distintos problemas con el funcionamiento de sus tejidos u órganos, los cuales derivan en la aparición de diversas enfermedades. Muchas de ellas, además, de tipo degenerativo.
Un buen ejemplo de esto que mencionamos son los pacientes diagnosticados con pie diabético, que suelen encabezar las listas de quienes reciben tratamientos con ozono médico.
Aclarado esto, es importante explicar también que el ozono médico en verdad poco tiene que ver con el gas inestable ozono, dado que el que se aprovecha con fines terapéuticos está compuesto hasta en un 95% de oxígeno, dejando apenas el 5% restante para ozono propiamente dicho.
¿Tiene beneficios el ozono?
Este uso que se ha ido actualizando con el paso del tiempo, tiene a su vez un origen que se remonta a las curaciones en batalla de los heridos de la Primera Guerra Mundial, cuando las tropas notaron que el ozono tenía grandes propiedades en lo relativo a la higiene y desinfección de heridas.
En la actualidad, al ozono se le siguen reconociendo propiedades antisépticas, más que nada en lo que refiere a su capacidad como germicida, y sin perder de vista tampoco los avances que puede producir en cuanto a analgésico y antiinflamatorio, mejorando la actividad de sistemas clave.
La ozonoterapia contra el coronavirus
Ahora bien, sin desmerecer las mencionadas virtudes del ozono, es importante decir que no existen evidencias científicas que hayan comprobado que este gas y su explotación dentro del ámbito médico puedan propiciar una mejora en el estado de la persona que padece coronavirus.
Más allá del indudable atractivo que puede tener cualquier remedio contra la pandemia, es fundamental insistir en que la ozonoterapia no ha demostrado ser eficiente contra el Covid-19, incluso corriéndose el riesgo, en más de una ocasión, de que sólo empeore la enfermedad.
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