Una prueba de cinco minutos puede bastar para prevenir el ictus

Las personas que tienen factores de riesgo deberían someterse a una prueba de fibrilación auricular cada vez que van al médico, según los resultados del estudio AFFECT-EU. Se consideran en situación de riesgo los pacientes que tengan insuficiencia cardiaca o un ictus (infarto cerebral) previo.

La fibrilación auricular es un trastorno del ritmo del corazón (arritmia), que a menudo late muy rápido. Aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y otras complicaciones. Se diagnostica con un análisis de sangre y un electrocardiograma, aunque pueden usarse otros métodos. El análisis de sangre puede incluir la identificación sustancias que afectan al funcionamiento del corazón, y el electrocardiograma es una prueba rápida y no invasiva que muestra la actividad eléctrica del órgano.

La coordinadora científica del proyecto, Renate Schnabel, del Hospital Universitario de Hamburgo, ha explicado que el cribado de la fibrilación auricular sirve para identificar a las personas que no han sido diagnosticadas para tratarlas siguiendo las indicaciones de las guías clínicas, incluyendo el empleo de medicamentos para prevenir el ictus (infarto cerebral).

De acuerdo con sus datos, aprovechar las visitas al médico (cribado oportunista) de las personas que está en riesgo es una forma eficaz (y coste-eficiente) de poner en marcha el cribado en los países de la Unión Europea.

Se estima que el número de personas mayores de 55 años que padecen fibrilación auricular en la UE va a duplicarse, pasando de 8,8 millones a 17,9 millones a la altura del año 2060. Estos pacientes tienen un riesgo cinco veces superior al de la población general de sufrir un ictus. Es habitual que la condición no se diagnostique hasta que se presenta un infarto cerebral.

El proyecto AFFECT-EU

AFFECT-EU es un proyecto de cuatro años, que se ha puesto en marcha con fondos de la UE y en el que colaboran representantes de los pacientes, compañías aseguradoras, industria de la salud y profesionales para definir una estrategia que permita detectar la fibrilación auricular y prevenir ictus y muertes prematuras.

Para saber cómo el cribado de fibrilación auricular impacta en el número de ictus se llevó a cabo un análisis de 35.836 sujetos y se añadió información de 11 países de la UE, en los que se pudo comprobar que no hay programas de detección precoz, por lo cual lo habitual era diagnosticar únicamente los casos con síntomas. Un sondeo entre médicos de 18 países muestra que, para ellos, detectar la fibrilación auricular es casi tan importante como realizar pruebas de cribado de los tipos de cáncer más frecuentes.

Analizando los datos disponibles, vieron que realizar el test de cribado tiene como resultado ahorros en el coste de la atención sanitaria necesaria para el ictus, independientemente del método (ya fueran pruebas realizadas a población vulnerable o bien las que se llevaban a cabo aprovechando visitas al médico por otros motivos). De hecho, los expertos del proyecto han desarrollado una calculadora que permite a los responsables de los servicios de salud calcular cuál será el ahorro generado por la prueba de fibrilación auricular en un periodo de cinco años.

¿Quiénes son los pacientes?

Las personas con mayor riesgo de padecer fibrilación auricular o ictus, que deberían realizar la prueba, son las de edad avanzada, con obesidad, elevación de la presión arterial y niveles altos de NT-proBNP, una prueba de insuficiencia cardiaca que se realiza en análisis de sangre.

Daniel Engler, director del proyecto y miembro del Hospital Universitario de Hamburgo, ha declarado: «Las personas con fibrilación auricular tienen mayor riesgo de sufrir discapacidad severa o morir de ictus o insuficiencia cardiaca que quienes no la padecen, lo cual hace que la prevención sea un imperativo para reducir la morbilidad y mantener una buena calidad de vida. AFFECT-EU ha preparado el camino para la puesta en marcha de programas de cribado de fibrilación auricular que faciliten el diagnóstico y la atención sanitaria acorde con las guías científicas, lo cual reducirá el riesgo de ictus y la carga de enfermedad que supone la fibrilación auricular».