Los nuevos fármacos contra la obesidad mejoran también la salud mental
Un nuevo estudio muestra que la familia de los agonistas GLP1 contra la obesidad pueden tener nuevas indicaciones

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Un nuevo meta-análisis (una revisión de todos los estudios rigurosos publicados en revistas científicas sobre un asunto concreto), que han llevado a cabo especialistas del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del KIng’s College y el departamento de psiquiatría de la Universidad de Oxford, ambos en Reino Unido, indica que los medicamentos de la familia de los agonistas de GLP1-RAs (los nuevos fármacos para la diabetes y la obesidad) pueden también ser beneficiosos para el bienestar emocional.
Su investigación se ha dado a conocer en la revista científica JAMA Psychiatry, la publicación oficial de la Asociación Médica Americana (‘estadounidense’). El estudio asegura que estos medicamentos, como semaglutida, no están asociados con un riesgo aumentado de efectos psiquiátricos adversos, ni con un empeoramiento de los síntomas de depresión.
Las personas que viven con obesidad o diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar diversas condiciones que empeoran su salud mental, incluida la depresión. El efecto de esta enfermedad es un peor cumplimiento de las recomendaciones médicas, descontrol de los niveles de glucosa y, por ese motivo, más riesgos de complicaciones derivadas tanto de la obesidad como de la diabetes.
¿Impacto psicológico negativo?
Ha habido cierta preocupación en la comunidad médica por algunos datos que sugerían que los nuevos fármacos podrían tener un impacto psicológico negativo, pero según han planteado los autores del nuevo estudio, hasta ahora esos datos han resultado inconsistentes.
Los autores de este trabajo identificaron un total de 80 estudios en los que se incluía información de 107.860 personas con diabetes u obesidad y examinaron su salud mental en general, su calidad de vida y el riesgo de que los medicamentos provocaran efectos secundarios relacionados con la salud mental.
Al analizar los datos, vieron que el uso de los GLP1-RA no estaba asociado con un riesgo específico de efectos adversos psiquiátricos, ni de cambios en los síntomas de depresión, cuando se comparaba con el estado de personas que no tomaban esos fármacos sino sustancias inactivas para su comparación (placebo).
Robert McCutcheon, profesor en Oxford y uno de los autores del trabajo, ha explicado al publicarse los resultados que las personas con enfermedades mentales son significativamente más propensos a desarrollar obesidad, pero se encuentran con barreras para acceder a tratamientos eficaces. Según este experto, «este trabajo ofrece seguridad respecto a que es poco probable que los agonistas del receptor GLP-1 hagan empeorar su salud mental, reforzando la teoría de que los individuos con enfermedad mental no deben quedarse al margen de la revolución en el tratamiento de la obesidad».
Por su parte Toby Pillinger, que pertenece al IoPPN y firma como autor principal, ha indicado que «vivir con obesidad y diabetes puede suponer una carga significativa tanto desde el punto de vista físico como para el bienestar emocional; nuestro análisis de los datos de una amplia serie de ensayos clínicos muestra que los GLP-1RA no solamente son seguros desde el punto de vista psiquiátrico, sino que puede mejorar la salud mental; a medida que el empleo de estos medicamentos se va extendiendo, nuestros hallazgos proporcionan seguridad a los pacientes y los médicos sobre cómo estos fármacos pueden servir para cuidar su cuerpo y su mente».
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