La intervención cognitiva, indispensable en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con Alzhéimer
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Cada tres segundos se diagnostica un nuevo caso de Alzhéimer en el mundo. Una enfermedad que no tiene cura, pero que intenta una mejora de la calidad de vida de quienes la sufren. La intervención cognitiva ayuda, en gran manera, para que la enfermedad pase de la mejor manera.
El Hospital Clínic da a conocer que algunos hábitos como la actividad física y una alimentación sana. También se ha demostrado que una terapia neuropsicológica, conocida como intervención cognitiva, puede ayudar a aliviar algunos de los síntomas.
¿En qué consiste la intervención cognitiva?
En el Clinic nombran que se basa en estimular las habilidades mentales del paciente, trabaja el lenguaje, la memoria, el cálculo, la percepción, la imaginación y los sentidos.
Un claro ejemplo son los recursos que se utilizan son puzzles, juegos, crucigramas, hojas de cálculo y fichas escritas.
También es bueno escribir un diario. Es un espacio donde los pacientes pueden compartir su día a día y sus recuerdos, un sitio para organizar cualquier apunte, pasado, presente y futuro que consideren fundamental en su vida.
Es una herramienta útil que puede formar parte de la terapia de estos pacientes y que puede ayudarles a mejorar su calidad de vida.
Las bases más importantes del Alzhéimer
Se caracteriza porque el paciente tiene olvidos, se desorienta, finalmente deja de comunicarse y se vuelve cada vez más dependiente para realizar las actividades cotidianas.
Antes de que se produzcan los síntomas existen dos proteínas que se depositan en el cerebro, la proteína beta amiloide y la proteína tau hiperfosforilada, que se extienden por la corteza cerebral e interfieren en la comunicación entre neuronas y su normal funcionamiento.
En las fases, hay un ligero problemas de memoria, pero esto no le impide realizar sus actividades diarias, y luego está la fase de demencia en la que ya no es totalmente autónomo.
¿Qué síntomas son los más frecuentes?
- Pérdida de memoria
- Dificultad en la planificación y realización de tareas
- Desorientación temporoespacial (dificultades en saber día, mes, estación del año en la que se encuentra),
- Cambios de conducta (en el estado de ánimo)
- Alteración del ritmo del sueño
- Dificultades de movimiento como la dificultad para andar.
¿Cuándo aparece esta enfermedad?
Lo habitual es que aparezca en personas mayores de 65 años, pero también puede producirse antes de esa edad, incluso iniciarse entre los 20-50 años si la causa es genética.
Otros factores de riesgo son el sexo femenino (dos de cada tres casos son mujeres), la mala salud cardiovascular (hipertensión, obesidad y diabetes), y el aislamiento social y la depresión.
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