El hombre capaz de correr 80 horas sin cansarse
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Hasta hace un tiempo todo lo que rodeaba a Dean Kamaces era un misterio. Sorprendía a todo el mundo por su capacidad para correr durante horas sin cansarse. Nada parecía afectarle, ni los calambres, ni los kilómetros ni la alimentación. Sólo podía derrotarle el sueño. Su capacidad para trotar sin parar le ha convertido en una especie fuera de lo normal. Este hombre es capaz de correr 80 horas sin cansarse.
Esto es posible debido a su extraña condición genética, que le hace eliminar con inmediatez el ácido láctico antes de que se amontone en los músculos. Cuenta con 53 años y tiene el honor de haber recorrido de un tirón 563,27 kilómetros.
Pese a todos los kilómetros y tiradas largas que ha hecho a lo largo de su vida, nunca ha sufrido en sus piernas un calambre. Esta resistencia que lleva mostrando a lo largo de los años le permitido hacer maratones de cincuenta estados durante el año 2006 y un maratón hasta el Polo Sur, en donde tuvo que soportar unas temperaturas poco recomendables para la práctica del running, de -25 grados centígrados. Lo que verdaderamente le ha hecho famoso son las 80 horas y 40 minutos que se pasó corriendo para cubrir esos 563 kilómetros que mencionábamos con anterioridad, en donde se permitió el lujo de no dormir ni descansar durante el tiempo que duró este reto.
Había muchas dudas en torno a la figura de este corredor, que realizaba tiradas muy largas, de cientos de kilómetros, casi sin cansarse. Ahora ha desvelado su secreto y ya se sabe que cuenta con una rara condición genética que le permite ser casi invencible. Parece que sólo el sueño podría derrotarle.
Para entender un poco mejor su caso, hay que decir que a la hora de realizar una actividad física el organismo se ocupa de transformar en energía la glucosa, que al mismo tiempo produce ácido láctico. Al acumularse en los músculos es cuando puede ocasionar calambres y cansancio, resultando la señal que tiene el cuerpo para avisarnos de que no debemos continuar la marcha. Pues esto que le ocurre a todos los mortales, a Kamazes nunca le ha pasado. De ahí que pueda correr sin detenerse cientos de kilómetros y sin fatigarse.
Seguramente que todos los corredores le envidian en cierta manera. Todo el mundo estaría encantado de poder trotar sin llegar a cansarse. Aprovechando su capacidad de resistencia ha participado en algunas de las carreras más duras del mundo, en donde se pone a prueba el aguante de los runners.