Los hijos de padres longevos también vivirán más
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Hay muchos factores que influyen en la esperanza de vida de la población, entre los que se encuentran la genética, los hábitos o el ambiente. Ahora se acaba de conocer que los hijos de padres longevos también vivirán más. Para ello se ha realizado una investigación en donde participaron 200.000 personas. Se comprobó, entre otras cosas, que por cada año de vida que aguantan vivos, se disminuye el riesgo de sufrir alguna patología.
Este estudio fue desarrollado por investigadores de distintos países, que se encargaron de analizar a 186.151 personas. Los resultados fueron publicados por el Journal of the American College of Cardiology. En el momento en que arrancó el trabajo los más jóvenes contaban con 55 años y los más veteranos con 73. En todos ellos, los padres ya habían muerto. Se le consultó la edad que tenían los progenitores en el momento en que fallecieron y se les vigiló durante los siguientes ocho años.
Entre otras cosas apreciaron que la mortalidad en el caso de aquellos en los que los padres superaron los 69 años es un 16,5% inferior por cada década extra de vida de alguno de los progenitores. Se conservaba la vinculación entre padres e hijos longevos una vez que controlados aspectos como la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo o el abuso de alcohol.
La principal responsable de este trabajo e investigadora en salud pública de la escuela de medicina de la Universidad de Exeter (Reino Unido), Janice Atkins, sostiene que es el mayor estudio que demuestra que cuando más tiempo viven los progenitores más durarán también los hijos. Habrá más facilidades para llegar en buenas condiciones hasta los 70 años.
Pero también hay un efecto contrario en el caso de aquellas personas que fallecen a una edad temprana, ya que eso también acortará la vida de los primogénitos. Es una investigación que muestra datos más bien generales, ya que cuando una persona se expone a factores de riesgo como la obesidad, el alcohol o el tabaquismo, esto influirá más en su esperanza de vida que la edad en la que fallecieron sus padres.
El estudio también desvela las distintas enfermedades que suelen surgir a medida que cumplimos años. Cuanto más hayan durado los padres, menos riesgo habrá para sus hijos de sufrir alguna patología vinculada con el corazón, por ejemplo. El riesgo de sufrir un infarto se disminuyen en un 20% cuando uno de los dos padres o ambos rebasaron los 80 años.
También se encontraron vínculos entre el cáncer de pulmón y la duración de los progenitores. Sin embargo, esa relación no se apreció en otras patologías como la anemia, la depresión o el asma.
Pero además de la herencia, también participan una serie de factores en la duración de vida de una persona. Distintos estudios han avalado lo importante que resulta la dieta, el ejercicio, el nivel de ingresos o de estudios. Los hijos que crecen en un ambiente sano y adecuado tienen más posibilidades de heredar una mayor esperanza de vida.