El ejercicio no siempre protege el corazón: investigan por qué afecta más a algunos atletas
Durante el ejercicio, el corazón trabaja más y libera troponina, una proteína que se utiliza como marcador clínico para detectar infartos


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Hacer ejercicio es, sin duda, una de las mejores formas de cuidar la salud. Pero también puede suponer una carga significativa para el corazón, especialmente en deportistas de alto rendimiento. Así lo confirma un nuevo estudio del Centro Médico de la Universidad de Radboud (Países Bajos), publicado en el Journal of the American College of Cardiology (JACC), que ha analizado a más de mil atletas para entender dónde y por qué se origina el daño cardíaco asociado al esfuerzo físico intenso.
Durante el ejercicio, el corazón trabaja más y libera troponina, una proteína que se utiliza como marcador clínico para detectar infartos. Sin embargo, los investigadores han comprobado que los niveles elevados de troponina tras el ejercicio no están relacionados con la aterosclerosis coronaria, es decir, con el estrechamiento de las arterias por acumulación de placas. Este hallazgo descarta una de las principales sospechas hasta la fecha y abre la puerta a nuevas hipótesis.
«La aterosclerosis coronaria no produce niveles elevados de troponina en sangre», concluye el investigador principal, Thijs Eijsvogels.
El enigma del biomarcador
La troponina suele liberarse en situaciones de daño al músculo cardíaco. Por eso, se mide en urgencias cuando se sospecha un infarto. Sin embargo, también aumenta después de una maratón o una caminata intensa. ¿Significa eso que el corazón ha sufrido un daño real?
En estudios anteriores, los mismos investigadores observaron que los participantes en caminatas de larga distancia con niveles altos de troponina tras el ejercicio tenían más riesgo de infarto, ictus o muerte prematura en los años posteriores. Pero hasta ahora no se había identificado una causa concreta.
En este nuevo trabajo, se analizó a más de mil ciclistas, corredores y caminantes. Se midieron sus niveles de troponina antes y después de una prueba deportiva y se comparó su salud cardiovascular mediante tomografías. El resultado: los atletas con más troponina no tenían más placas coronarias que los que registraban niveles bajos.
El corazón como posible origen
Descartadas las arterias coronarias, la atención se centra ahora en el músculo cardíaco. Estudios anteriores ya mostraron que las células del miocardio pueden presentar «fugas» en algunos atletas, liberando troponina al torrente sanguíneo tras ejercicios de gran intensidad. Esto podría deberse a microlesiones temporales o a una menor resistencia al esfuerzo en corazones con afecciones aún no diagnosticadas.
«Quizá sea el músculo cardíaco el que esté sufriendo más de lo que creemos», apunta Eijsvogels, quien planea seguir investigando esta hipótesis.
Próximos pasos
Los mil atletas que participaron en el estudio seguirán siendo monitorizados durante los próximos años. El objetivo es doble: entender mejor el vínculo entre ejercicio intenso y salud cardíaca, y avanzar en la detección precoz de problemas que, de no tratarse a tiempo, pueden resultar fatales incluso en personas jóvenes y deportivamente activas.