El daño cerebral se consolida como una discapacidad emergente en España
En España, 365.500 personas padecen algún tipo de daño cerebral permanente a raíz de sufrir un ictus
¿En qué consiste el daño cerebral adquirido?
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La encuesta elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2020, y publicada a finales de este mes de abril, refleja que el daño cerebral afecta a más de 435.400 personas en España. La Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE), por su parte, asegura que los accidentes cerebrovasculares representan la principal causa del desarrollo de la patología, «correspondiendo al 84% de los casos respecto a los traumatismos craneoencefálicos». En España, 365.500 personas padecen algún tipo de daño cerebral permanente a raíz de sufrir un ictus, alerta la FEDACE.
Si comparamos todos estos datos con los reflejados en otro estudio elaborado por el INE en 2008, los casos han aumentado en más de 35.000 afectados los últimos 12 años. En el caso concreto de los traumatismos craneoencefálicos, este incremento supone más de 16.000 casos en 2020 respecto a 2008.
Estos datos consolidan la patología como una discapacidad emergente en España que provoca un enorme e inesperado cambio en las vidas de los pacientes y sus familiares. En la actualidad, los recursos públicos disponibles para preservar la atención y el mantenimiento de la buena calidad de vida de los afectados y sus más allegados es insuficiente. Así lo sentencian desde la FEDACE, organismo que además exige un cambio inmediato en el asunto
Además, el desconocimiento social sobre cómo afecta la enfermedad sigue siendo muy amplio. Por ello, la FEDACE ha lanzado este mes de mayo una nueva campaña denominada «Conoce tus derechos», con la que buscan responder a las dudas y cuestiones que surgen a raíz del daño cerebral y que tantos pacientes y familiares tienen.
Traumatismos y accidentes cerebrovasculares, las causas más comunes
El cerebro es uno de los músculos más poderosos de nuestro cuerpo, si no el que más, ya que está involucrado en casi cada tarea que realizamos. Por ello, las lesiones cerebrales, ya sea por traumatismos o derivadas de otras enfermedades, pueden provocar una amplia variedad de efectos en la vida de la persona mermando de lleno su día a día.
Según el centro de rehabilitación funcional Dacer, el daño cerebral es «aquel que se produce al recibir un golpe en la cabeza (accidente de tráfico, caídas, agresiones..) o al sufrir una enfermedad que causa algún tipo de lesión en la zona (encefalitis, accidentes cerebrovasculares o tumor cerebral)».
Concretamente el ictus es uno de los motivos más habituales en el desarrollo de la enfermedad. En España, más de 110.000 personas sufren un ictus cada año, de los cuales al menos el 15% fallecerá y en torno a un 30% quedará en situación de dependencia funcional, según un informe publicado por la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Una clasificación en función de las secuelas
Además de los problemas en las actividades más básicas que el paciente puede llegar a sufrir en su día a día, como ducharse, vestirse o incluso asearse, la Asociación de Daño Cerebral Alento clasifica los tipos de daño cerebral en función de las secuelas que origina la patología:
- Problemas en el nivel de alerta. Tras un trastorno craneoencefálico o un accidente cardiovascular severo, es habitual la pérdida de la conciencia o incluso la entrada a un estado de coma. La severidad del coma se mide en todo el mundo con la escala de coma de Glasgow, la cual puede variar desde una simple tendencia al sueño hasta una ausencia total de reacción a todo tipo de estímulos. En los casos graves el coma puede durar días o semanas.
- Cognición. Se trata del daño en la capacidad de aprender, reflexionar o tomar decisiones con raciocinio. Aunque los síntomas pueden ser transitorios y reversibles, en algunos casos la enfermedad puede llegar a condicionar gravemente la autonomía de la persona de manera permanente.
- Comunicación. La interacción se ve afectada tanto a nivel verbal como escrito, aunque es uno de los síntomas más comunes, sobre todo si la lesión afecta al hemisferio dominante, que por lo general es el izquierdo.
- Problemas de control motor. Cuando un paciente sufre lesiones en las regiones frontales y parietales del cerebro o en el propio tronco del músculo, es frecuente la debilidad muscular en la parte del cuerpo contraria al hemisferio cerebral lesionado, siendo comunes las hemiplejias, hemiparesias, espasticidad, disfagias o pérdida del control de esfínteres.
- Problemas de emociones y la personalidad. La inestabilidad emocional, la depresión o la pérdida de control sobre la risa y el llanto también son síntomas habituales, especialmente en casos de ictus.
- La vida, el olfato, la audición e incluso el tacto también pueden verse afectados perdiendo la capacidad de los sentidos frente a los estímulos más normales.