Correr es bueno para prevenir la degeneración macular
El ejercicio y los hábitos saludables ayudan a prevenir esta enfermedad, pero hay que acudir al especialista al primer síntoma
Menos inyecciones para la degeneración macular, en el horizonte
Los boticarios promueven la prevención y tratamiento de la degeneración macular
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Las enfermedades maculares son responsables de más del 50% de las pérdidas de visión que se producen en el mundo desarrollado. La mácula es una pequeña parte central de la retina que nos permite ver los detalles y los colores. Es el punto que usamos para mirar las cosas que queremos ver. Desde el aspecto funcional, se puede considerar que es la parte central de la visión y es, entre otras cosas, la que utilizamos para leer.
Cuando la mácula sufre algún tipo de alteración o deterioro se produce la degeneración macular. Es una enfermedad que causa un deterioro progresivo e irreversible de la mácula. Se caracteriza por la pérdida de agudeza visual en los detalles, sobre todo al leer, al conducir o al identificar los rostros. Esto sucede debido a la muerte de las células nerviosas sensibles a la luz en la retina llamadas fotorreceptores. En la mayoría de los casos, esta pérdida de células y por tanto, la degeneración macular, está asociada con la edad.
Los primeros síntomas de la degeneración macular consisten en visión borrosa, distorsión de las líneas rectas en líneas con ondulaciones o reducción de la visión central. En los últimos 25 años, ha aumentado el diagnóstico de esta enfermedad gracias a las mejoras en los métodos de detección y la degeneración macular asociada a la edad es la principal patología causante de ceguera en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente, el 1,5% de la población padece esta enfermedad, alrededor de 195,6 millones de personas de 30 a 97 años.
Hacer ejercicio como prevención
La prevención de la degeneración macular pasa por acudir al especialista con los primeros síntomas, evitar los factores de riesgo y hacer ejercicio aeróbico moderado ya que éste retrasa la progresión de las enfermedades degenerativas de la retina.
Tanto el doctor Riccardo Natoli, de la Universidad Nacional de Australia, especializado en la investigación de la degeneración de la retina, como la doctora Machelle Pardue, de la Universidad de Georgia y especialista en la investigación de tratamientos para la pérdida de visión, sostienen que el ejercicio moderado, en concreto, correr, ayuda a la preservación de las células fotorreceptoras y a disminuir la inflamación que es uno de los síntomas de la enfermedad, ya que se mejora el flujo sanguíneo que llega a la retina y por tanto a la mácula.
Sus estudios determinaron que hacer ejercicio moderado con frecuencia, puede frenar o prevenir la degeneración macular así como otras condiciones que conllevan a la pérdida de la visión.
Además del ejercicio hay otros factores que pueden ayudar a evitar la degeneración macular:
No fumar
Llevar una dieta saludable rica en vegetales, frutas y alimentos con omega 3
Prevenir la exposición prolongada a la luz del sol y utilizar gafas con la protección adecuada.
Controlar enfermedades como la hipertensión arterial o la diabetes.
Evitar la obesidad.
Llevar a cabo revisiones oculares periódicas sobre todo si hay antecedentes familiares.
¿Cómo prevenir la degeneración macular?
Por su parte, la Asociación Española de Optometristas explica cómo evitar los factores de riesgo asociados a la degeneración macular asociada a la edad:
Dejar de fumar.
Seguir una dieta saludable. Estudios científicos han demostrado como la ingesta diaria de algunos nutrientes previenen el riesgo de padecer DMAE.
Los nutrientes estudiados son las vitaminas C y E, los minerales zinc y cobre, las xantofilas: luteína y zeaxantina, y los ácidos grasos omega 3: DHA y EPA, que incorporamos mediante el consumo diario de verduras de hoja verde, frutas y aceites enriquecidos en ácidos grasos omega 3.
Evitar la obesidad.
Buen control de otras enfermedades sistémicas tales como hipertensión, arterioesclerosis y diabetes.
Hacer ejercicio regularmente.
Prevenir la exposición prolongada a la luz utilizando gafas de sol homologadas que protejan de los rayos ultravioleta.
Someterse a controles optométricos y oftalmológicos a partir de los 40 años de manera regular, donde se valore como mínimo la agudeza visual (AV), el fondo de ojo y sobre todo, si se tienen antecedentes familiares que hayan sufrido la enfermedad.
Temas:
- Ejercicio Físico
- Ojos