Recetas de confinamiento: Albóndigas en salsa de Rioja

En estos días de confinamiento con tiempo para cocinar más que de sobra, nos podemos poner con las manos en la masa en uno de los clásicos de la cocina española, las albóndigas en salsa de Rioja. Podemos emplear cualquier vino tinto, pero siempre es mejor una opción nacional de calidad. Un Rioja que será capaz de darnos un toque de alegría en esos días demasiado caseros. Las albóndigas las podemos congelar, para después de la cuarentena y son un básico que se puede servir como tapa, con un trozo de pan, solas con patatas o acompañadas de unos espaguetis. Atrévete a probar las mejores.

Ingredientes:

Cómo preparar unas albóndigas en salsa de Rioja

1. Estas albóndigas son sencillas de preparar y quedan increíbles. La base de hacer unas albóndigas de restaurante es una buena carne picada, una mezcla de ternera y de cerdo que consiga el sabor y la textura perfecta.
2. Mezclamos la carne de ternera y de cerdo en un bol. La añadimos los ajos pelados y picados muy finitos. Aportaremos algo de color con una zanahoria pelada y rallada.
3. Incorporamos la cebolla pelada y cortada en trocitos lo más pequeños posibles, también podríamos rallarla.
4. Les damos color con un poco de perejil picado. Salpimentamos al gusto y mezclamos con las manos todos los ingredientes. Antes de incorporar el huevo.
5. Amasamos de nuevo. Dejamos que repose un poco esta masa y después le damos forma con las manos. Podemos dejar las albóndigas en la nevera o en el congelador el tiempo que sea necesario antes de la comida o la cena.
6. En una sartén con un chorrito de aceite doramos las albóndigas que habremos pasado por un poco de pan rallado antes. Retiramos las albóndigas.
7. Para la salsa picamos muy finitas las verduras. En el mismo aceite vamos a cocinar las verduras hasta que estén tiernas, en ese momento incorporamos el vino tinto.
8. Añadimos de nuevo las albóndigas y dejamos que el Rioja les aporte una suavidad nunca vista. El alcohol se evaporará y nos dejará sentir esos sabores afrutados y delicados. Servimos con un poco de pan y poco más para disfrutar de un bocado tradicional que impresionará.