Veinticinco años del examen para entrar en el euro
Se han cumplido veinticinco años de la celebración del examen al que se sometieron los países candidatos a entrar a formar parte de la moneda única europea. Tuvo lugar los días dos y tres de mayo, aprobándose ese sábado, día dos, la entrada de 11 países para formar parte de la eurozona: Bélgica, Alemania, Irlanda, España, Francia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia. Sólo Grecia, de los países que querían entrar, quedó fuera por no cumplir con los requisitos de convergencia, logrando la entrada el 1-1-2001, dos años después que el resto.
Para entrar, al ceder la política monetaria, había que converger económicamente, para lo que había que cumplir con los llamados cinco criterios de Maastricht:
- Déficit público igual o inferior al 3% del PIB.
- Deuda pública igual o inferior al 60% del PIB o disminuyendo hacia ese umbral de manera constante y creíble.
- Estabilidad cambiaria, sin haber podido devaluar o revaluar respecto al tipo de cambio central al menos dos años antes.
- Estabilidad de precios, con una inflación no superior en 1,5 puntos porcentuales a la media de los tres países con menor inflación de la UE.
- Convergencia en tipos de interés, que no puede sobrepasar en 2 puntos la media de tipos de interés de los tres países con menor inflación de la eurozona.
España lo consiguió y por primera vez llegaba a tiempo en siglos a una cita de esta envergadura, probablemente desde la Paz de Westfalia. Siglos de atraso, de ir a rebufo, quedaron atrás en el momento en el que ese dos de mayo de hace veinticinco años España fue incluida como socio fundador del euro. Posteriormente, los tipos de cambio irreversibles de las 11 monedas con el euro el 31-12-1998, marcando 1 euro la cantidad de 166,386 pesetas, habrían paso a la implantación del euro como moneda única de la zona euro a partir del 1-1-1999, con la circulación de monedas y billetes desde el 1-1-2002.
Es un hito histórico que ha pasado desapercibido, pero que hay que recordar, porque cuando este mes de enero se celebren los veinticinco años de la puesta en marcha de la zona euro, habrá que retroceder unos meses más, hasta el mencionado dos de mayo, donde, de no haber cumplido con los requisitos exigidos, no habríamos entrado.
Hay que recordar que en 1995 y 1996 no se cumplía con ni uno de los criterios, de manera que en dos años -mayo de 1996, con el Gobierno de Aznar recién iniciado- y mayo de 1998 hubo que acometer todas las reformas que permitieron reducir el déficit, disminuir la deuda sobre el PIB, estabilizar los precios, mantener la estabilidad del tipo de cambio e ir convergiendo en tipos de interés. Y al hacerlo, por supuesto que hay que recordar al presidente Aznar, al vicepresidente Rato y a sus equipos, pero también hay que recordar a una de las figuras clave, que no es otra que el profesor Barea, gracias a cuyos conocimientos y determinación España pudo estar a tiempo en la fundación del euro y volver a ocupar un lugar destacado en la Historia.