Vacunación a paso de tortuga

Vacunación a paso de tortuga

Después de unas semanas en las que España mantuvo uno de los ritmos más altos de vacunación -mientras Pedro Sánchez presumía de que «habíamos entrado en velocidad de crucero», el ritmo se ha estancado y España ha pasado de estar entre los primeros países de la UE a situarse en el vagón de cola con apenas 140 vacunados al día entre cada 100.000 personas. Así que volvemos a la normalidad: España está entre las naciones con más contagios por habitantes, más muertos, más número de hospitalizados y menos vacunados, amén de ocupar el furgón de cola en desplome de su economía. El Gobierno socialcomunista sigue presumiendo de eficacia, pero la estadística retrata la incompetencia de un Ejecutivo que, más allá de la propaganda, es un auténtico desastre.

El pasado 22 de enero, durante la presentación de la nueva campaña de marketing surgida de Moncloa bajo el lema «España puede», Pedro Sánchez mencionó con orgullo que su Gobierno era «el noveno país del mundo en el proceso de vacunación y el tercero de la UE en dosis administradas». Fue hablar el jefe del Ejecutivo y desplomarse la vacunación. Desde entonces, España ha ido perdiendo posiciones hasta situarse en los puestos de cola. Por debajo de nuestro país, se encuentran sólo Bélgica, a nivel similar a España, Irlanda, Croacia, Italia y Bulgaria. Así que más allá de la puesta en escena de un presidente que sigue insistiendo en que en verano se habrá vacunado el 70% de la población, lo cierto es que las cifras nos vuelven a dar un baño de realidad. Todo fue un espejismo.

Cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de que, de forma puntual, los militares pudiesen unirse a la campaña de vacunación, el Gobierno lo rechazó de pleno. La propuesta planteada por Defensa fue desestimada con el argumento de que con «la sociedad civil era suficiente». Suficiente para estar donde estamos: o sea, para seguir en el pabellón de los menos eficaces.

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