Sube & Baja, por Jaime Peñafiel: semana del 23 al 29 de junio

Sube baja

SUBE: Paloma Barrrientos

La querida y admirada compañera que ha presentado, en el salón de actos de la Asociación de la Prensa de Madrid, su último e interesantísimo libro Reina de corazones (Ediciones B) sobre Isabel Preysler. Desde Julio Iglesias hasta Miguel Boyer. Aunque estaba invitado, no acudí a la presentación por razones personales con la Asociación después de mi salida de El Mundo. Se me olvidaba informar que el acto fue presentado por otra querida compañera, Ana Rosa Quintana.

SUBE: Pepa Muñoz

La famosa propietaria del no menos famoso restaurante El Qüenco de Pepa en Madrid, acaba de publicar sus memorias gastronómicas con el expresivo título Un puchero de verdades (Editorial Espasa). El nombre de esta empresaria está ligado al del World Central Kitchen, la ONG de su colega, el también cocinero José Andrés. Por su restaurante madrileño han pasado celebridades como Jill Biden, esposa del presidente de los Estados Unidos, que, según Pilar Vidal, le ha pedido que vaya a la Casa Blanca a cocinarle.

SUBE: Julian Assange

El pirata informático de 52 años, conocido como fundador de WikiLeaks, ha sido liberado de una prisión británica tras un acuerdo de culpabilidad, después de su batalla de 12 años contra la extradición a Estados Unidos para cumplir una condena de cadena perpetua, por la publicación de una de las mayores publicaciones de material clasificado: medio millón de documentos militares secretos. Durante siete años estuvo refugiado en la embajada de Ecuador en Londres y contraería matrimonio en la cárcel con su abogada Sara González Devant, que cambió su nombre para proteger a su familia, por el de Stella Moris y tienen dos hijos.

SUBE: Sarah Almagro

La joven malagueña de Marbella de 24 años que, sin brazos ni piernas y trasplantada de riñón, se ha convertido en campeona de España, de Europa y mundial de surf y sueña con ir a los Juegos Paralímpicos. «Perdí manos y pies pero con cabeza y corazón no existen límites». El 24 de julio de 2018, con la mayoría de edad recién cumplida, sintió que su vida la engullía un tsunami de infortunios. Se contagió de meningitis meningocócica. Luego vino el colapso multiorgánico. «No sabía que eso iba a derivar en la amputación de mis manos y pies. Es complicado ver las cosas positivas de una amputación pero yo estoy agradecida de estar viva, no de esta situación».

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