Sánchez se sube al cohete del «fascista» Elon Musk
Para el Gobierno de Pedro Sánchez, Elon Musk, el multimillonario dueño de la red social X, es un peligroso «ultraderechista» que se ha convertido en una amenaza para el progreso mundial, uno de esos tipos que hay que combatir para defender los principios de igualdad y solidaridad que con tanto ahínco exhibe la izquierda. Elon Musk es también propietario de la firma aeronáutica SpaceX. En teoría, y por pura coherencia, la izquierda huiría en desbandada de los cohetes «ultraderechistas» del poderoso amigo de Donald Trump, pero, en una suprema exhibición del principio de contradicción, el Gobierno de Pedro Sánchez ha encargado a la firma SpaceX la puesta en órbita del Spainsat NG I, el nuevo satélite espía con el que operarán las Fuerzas Armadas españolas cuyo proyecto ha costado 2.000 millones.
Ironías del destino, el satélite irá a bordo de un cohete Falcon 9 y su despegue se producirá el próximo 28 de enero. Ahora se entiende todo: todo lo que vuele y se llame Falcon provoca en el presidente del Gobierno tal fascinación que lo de menos es que el cohete sea propiedad de un peligroso «ultraderechista».
Es de suponer que desde Sumar y Podemos pedirán explicaciones a Sánchez: ¿Cómo es posible que un Gobierno progresista lance un satélite desde un cohete propiedad de un «fascista»? La respuesta de Sánchez será que el nuevo satélite, cuyo principal uso será militar y sus misiones enfocadas a la obtención de inteligencia, permitirá a las Fuerzas Armadas garantizar la seguridad de las comunicaciones de unidades militares desplegadas en zonas de operaciones. Es «el satélite más seguro y protegido de Europa». Sí, ¿pero por qué recurrir al cohete de un «fascista» para ponerlo en órbita?, insistirá la izquierda a la izquierda del PSOE. Y Sánchez, que es la cima misma de la hipocresía, dirá que Musk es un «ultraderechista», pero que sus cohetes son como la economía española: máquinas de progreso universal.
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