Sánchez riza el rizo: enfada al mismo tiempo a Marruecos, Bruselas, Argelia y Polisario

Marruecos ignora a España y sube el listón de sus exigencias a la UE, lo que significa que lejos de arredrarse ha decidido dar un paso al frente, ningunear al Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, y negociar directamente con Bruselas. Rabat se sabe fuerte después de que Washington haya reiterado en los últimos días que Marruecos es un socio preferente y tiene clara cual es la estrategia: España ya no es su interlocutor, sino la UE, a quien ha exigido que multiplique por cinco sus ayudas, con el argumento de que está corriendo con el 80% del coste del control de sus fronteras. Lo ocurrido en los últimos días revela que Marruecos enmarca su conflicto político con España en un contexto que va más allá de las relaciones bilaterales Madrid-Rabat y traslada a la UE la patata caliente. O sea, que después de lo ocurrido en Ceuta, Marruecos pasa del Gobierno de Pedro de Sánchez y va a utilizar la afrenta de la presencia en España del líder del Polisario como palanca para intensificar sus reivindicaciones. Esto es, más dinero.
La extorsión y el chantaje son las armas diplomáticas de un país que se siente fuerte tras su alianza estratégica con Estados Unidos. En estas circunstancias, el Gobierno socialcomunista cometió la enorme torpeza de ocultar la presencia en España del dirigente del Polisario, porque eso sirvió a Rabat para provocar un conflicto diplomático y político de primera magnitud que afecta directamente a la UE. En suma: para Marruecos, España tiene poco que decir, porque la voz que les interesa es la de Bruselas. En el fondo, Sánchez le ha otorgado a Rabat la baza que andaba buscando. Y es que la política exterior del Ejecutivo socialcomunista es tan caótica que, de una tacada, ha enfadado a la vez a Marruecos, la UE, Argelia y Polisario. Es lo que tiene practicar la ‘gilidiplomacia’. Bingo.
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