Sánchez inventa el terrorismo que no viola los derechos humanos
Resulta difícil no escandalizarse ante el grado de putrefacción política y moral que representa la decisión del PSOE de incorporar a la Ley de Amnistía los delitos de terrorismo y resulta verdaderamente repugnante el argumento del ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, al afirmar que la medida de gracia excluirá a los delitos de terrorismo «siempre y cuando» se haya causado»de forma manifiesta y con intención directa, violaciones «graves de derechos humanos».
Es difícil admitir que el Gobierno de España considere que el terrorismo tiene una parte susceptible de ser blanqueada, pero habida cuenta de que ha traspasado de largo todas las líneas rojas, ya no queda otra respuesta que la de afirmar sin titubeos que a este Ejecutivo habría que incorporarle a la lista de países que le bailan el agua al terrorismo por blindar y proteger legalmente a organizaciones que practican la violencia.
Según Bolaños, el delito de terrorismo que suponga violaciones de los derechos humanos queda excluido de la ley, de modo que cabe deducir que para el Gobierno hay un tipo de terrorismo que no viola los derechos humanos. Que diga cuál para que sepamos a qué atenernos. Tan repugnante argumento haría palidecer a cualquiera que tuviera un mínimo de conciencia.
Según lo dicho por Bolaños, cabe deducir que para lograr la «convivencia» de Cataluña hay que aceptar ese tipo de terrorismo que, según él, no lleva aparejada la violación de derechos humanos. Inaudito. El entrecomillado de Bolaños es suficientemente explícito: «El terrorismo, los delitos graves, quedan dentro de las excepciones de la ley de amnistía cuando supongan violaciones graves de derechos humanos», sugiriendo que hay un tipo de terrorismo menos malo y no grave, que este Gobierno incorpora a ley con la que Pedro Sánchez se ha garantizado su continuidad en la Moncloa. Es la degradación absoluta de la democracia, la perversión del Estado de Derecho. Y todo por siete votos.