Ministerio del Interior

Marlaska niega a la Guardia Civil las cámaras corporales pese a que reducen las agresiones a la mitad

En otros países de Europa, como Reino Unido, llevan implantadas más de 10 años

Marlaska cámaras corporales
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior.
Rosalina Moreno

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, niega a la Guardia Civil las cámaras corporales, que permiten la grabación de las actuaciones que realizan, pese a que está comprobado que reducen a la mitad las agresiones a los agentes, las cuales se han disparado en los últimos siete años, durante su etapa.

Sólo en el primer trimestre del año se han contabilizado hasta 232 agresiones a guardias civiles en toda España. En 2024 se registraron cifras récord de atentados a policías y guardias civiles durante los últimos siete años, con 16.878, frente a los 13.127 registrados en 2019. En 2020 fueron 13.671 agresiones, 15.397 en 2021, 16.651 en 2022 y 16.833 en 2023.

Los guardias civiles llevan años reclamando al ministro que dote de estas cámaras a las patrullas de servicio para llevarlas en los uniformes, a la altura del pecho, y así reducir el número de agresiones que padecen y la intensidad de las mismas.

Esta herramienta lleva más de 10 años implantada en otros países de Europa, como es el caso de Reino Unido, donde cuenta con ella la policía metropolitana de Londres, y ha resultado eficaz. También disponen de ella en Francia, donde es usada por la Gendarmería, entre otros países.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la decana, ha enviado recientemente una misiva a Marlaska pidiéndole por enésima vez que implante esta medida «a la mayor brevedad» para «reducir el número de agresiones y recabar pruebas en la comisión de delitos, especialmente los relacionados con atentados/resistencia a los agentes, entre otras mejoras».

Puestos en duda en sus actuaciones

A la lacra de las agresiones, se suma que por parte de ciertos sujetos, incluidos políticos, los agentes son puestos en duda en sus actuaciones, por lo general cuando tienen que hacer uso de la fuerza para restablecer el orden. Por ejemplo, la líder de Podemos, Ione Belarra, se plantó en julio en Torre Pacheco (Murcia) para tildarlos de «fascistas».

También ven cómo en redes sociales se difunden vídeos que distorsionan actuaciones policiales, sacándolas de contexto e incluso en los que se manipulan los hechos ocurridos.

En abril de 2024, la respuesta oficial recibida por esta asociación fue que la Guardia Civil estaba haciendo un estudio. Sin embargo, más de un año después se desconoce el resultado del mismo e iniciativa alguna para su adquisición.

La respuesta de la Guardia Civil.

«El ministro no puede mirar hacia otro lado mientras los agentes que trabajan de cara a los ciudadanos son agredidos constantemente. De forma urgente ha de dotar con cámaras a las patrullas», declara a OKDIARIO el secretario general de la asociación, Juan Fernández. 

Eugenio Nemiña Suárez, responsable jurídico de la AUGC y autor del escrito a Marlaska, señala a este diario que llevan tiempo pidiendo a Interior que endurezca las penas por las agresiones que sufren los agentes y «ponga algo similar a Francia, con condenas mucho más contundentes». «Dado que no hace caso, planteamos otra solución que está dando buenos resultados en otros países, como son las cámaras corporales, ya que con ellas se reducen los delitos y las denuncias contra agentes por agresiones», expone.

Numerosas subvenciones para otras cosas

En la misiva, la AUGC exige a Marlaska que informe del resultado del supuesto proyecto piloto realizado por la Guardia Civil y que impulse de inmediato la adquisición de las cámaras, garantizando que todas las patrullas de servicio cuenten con ellas.

Reprocha al ministro que «mientras la palabra de los agentes se pone en duda, mientras son cuestionados constantemente, incluso por cargos políticos (incluido del Gobierno), mientras realizan sus actuaciones con inseguridad, lo que supone un riesgo para ellos y los ciudadanos», la Guardia Civil «se enroca en estudios y formalismos con el único fin de retrasar la llegada de medios totalmente necesarios».

«La necesidad es evidente, las agresiones y la pérdida de autoridad de los agentes va en aumento. Otros cuerpos policiales en España y en Europa cuentan con esos medios y, a la vista de la infinidad de subvenciones con dinero español para toda clase de iniciativas en otros países, no cabe duda de que el Gobierno dispone de dinero para financiar este proyecto», indica Nemiña.

Datos oficiales de las pruebas realizadas en Ámsterdam (Países Bajos). (Sander Flight)

Pruebas ante acusaciones

La AUGC subraya que con cámaras corporales, también llamadas body cam, «permiten disuadir al agresor de actuar y recabar las pruebas necesarias de lo ocurrido de un modo imparcial», algo «fundamental» para que sus actuaciones no sean cuestionadas. Unas grabaciones que luego pueden ser entregadas a la autoridad judicial si fuera necesario y ésta podrá valorar la actuación completa.

Señala que en el caso de la Guardia Civil, es todavía más necesario, ya que gran parte de sus actuaciones se desarrollan en zonas aisladas, sin testigos y se encuentran con la versión de dos compañeros frente a cinco o más personas implicadas en el altercado. «Si se graban las actuaciones, el juez podrá tomar decisiones más ajustadas a Derecho, no será necesario que crea en la palabra del agente o en la del detenido, sino lo que el propio juez vea y escuche sin injerencias de ninguna clase», insiste.

En paralelo a la misiva a Marlaska, la AUGC ha puesto a disposición de los agentes un modelo de carta para que puedan dirigirla personalmente al Ministerio para reclamar estas cámaras y así conseguir impulsar la dotación de estos medios.

Además, le expone detalladamente los resultados obtenidos con el uso de este tipo de cámaras a nivel europeo. Por ejemplo, que en Reino Unido, las quejas contra agentes se redujeron hasta un 90% tras la implementación de body cams, y que el Ministerio del Interior francés reporta una mayor seguridad y confianza jurídica para su personal desde su introducción.

«Mientras al personal de la Guardia Civil se le exige un comportamiento y cumplimiento ejemplar mediante normas ya arcaicas como el Código Penal Militar, un código de conducta que no existe paragón en toda la administración y una aplicación del régimen disciplinario que incluso llamó la atención al GRECO, tenemos un Ministerio del Interior que no cumple del mismo modo con los guardias civiles y no está a la altura», concluye la AUGC en su carta a Marlaska, exigiéndole que de una vez tome medidas.

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