Sánchez, al asalto de RTVE

Pedro Sánchez RTVE

Parecía evidente que los días en la presidencia de RTVE de José Manuel Pérez Tornero estaban contados, porque para el Gobierno de Pedro Sánchez el ya dimisionario no era lo suficientemente combativo a la hora de convertir al ente público en el brazo mediático del socialcomunismo. Desde el principio, los consejeros de RTVE propuestos por la izquierda habían marcado distancias con Tornero, acusado de no servir a los intereses del Ejecutivo. Las presiones sobre Tornero han terminado por surtir efecto y Pedro Sánchez pondrá al frente de la televisión y radio públicas a una persona que, en la recta final de la legislatura, esté dispuesta a remangarse por la causa.

En suma, PSOE y Podemos -los mismos que durante la etapa de Mariano Rajoy acusaron al PP de falta de pluralidad en el ente público y prometieron una radiotelevisión pública independiente- consumarán su asalto al organismo. En época electoral, Pedro Sánchez enseña su verdadero rostro y manda un mensaje claro a RTVE: necesitamos a alguien comprometido y dispuesto a aparcar los principios de independencia y neutralidad, porque en las actuales circunstancias lo vital es que la televisión pública se convierta en la terminal mediática por excelencia del Gobierno. Y así ha sido: Pérez Tornero renuncia -se supone que a cambio de un cargo público que satisfaga sus expectativas- y Pedro Sánchez pondrá a uno de los suyos para que RTVE sirva de altavoz del Ejecutivo. De modo que las proclamas de la izquierda reclamando una televisión pública independiente -cuando gobernaba el PP- adquieren ahora un tinte tan cínico e hipócrita que habrá que ver qué hacen los sindicatos, tan solícitos entonces a seguir las consignas de la izquierda. Pedro Sánchez se quita la careta y toma RTVE para hacer del organismo público que pagan todos los españoles su correa de transmisión. Es la prueba del nueve de que de aquí a las elecciones al Gobierno no le va a temblar el pulso a la hora de poner todos los medios a su alcance para garantizarse el control absoluto de todos los organismos públicos.

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