Un nuevo cierre total sería la puntilla económica

Un nuevo cierre total sería la puntilla económica

No deja de oírse, cada vez con más intensidad, a muchas personas que piden que se repita de nuevo el encierro de primavera, cuando Sánchez nos mantuvo casi cien días en estado de alarma -que ahora prolonga a ciento setenta y cinco días más, que en Madrid habrán sido ciento noventa, por la imposición del Gobierno de la nación, aunque, de momento, de otra intensidad-, de manera que quieren que, de nuevo, tengamos esa especie de arresto domiciliario a la que llamaron incorrectamente confinamiento.

¿Qué produjo aquello? Una caída económica de una fuerza como nunca antes se había visto en toda la serie moderna del PIB. Para encontrar un derrumbamiento económico similar habría que remontarse a tiempos de la guerra civil y probablemente ni siquiera con dicha intensidad en sólo un trimestre. Recordemos que el PIB cayó en el IITR un 17,8% trimestral y un 21,5% interanual, con caída trimestral también en el ITR y con una caída interanual que no sólo se anticipaba en dicho primer trimestre ante la debacle del IITR, sino que en el IIITR se mantiene con un descenso del 8,7%. Por tanto, aunque el IIITR haya presentado un crecimiento trimestral del 16,7% no hay que llamarse a engaño: ese dato se alcanza gracias a que en verano hubo un cierto nivel de actividad que, con todas las limitaciones, trataba de acercase a cierta normalidad -sin llegar a la plena normalidad sin adjetivos, que es la que necesitamos- y a que el punto de partida era bajísimo, ya que se iniciaba desde el cierre completo de la economía, con lo que, a poco que se produjese, el repunte estaba asegurado.

Sin embargo, nos encontramos de lleno en el IVTR y la situación no es nada halagüeña. Como digo, muchas personas insisten en volver a aquel “arresto” domiciliario que cerró toda la economía y que produjo esa caída y más de tres millones de personas en ERTE, más otro millón de empleos perdidos en sólo dieciocho días de marzo. Si se vuelve a cerrar, ahora ya no serán ERTE sino ERE, porque las empresas, especialmente las de hostelería, turismo y comercio, están exhaustas.

Hay quien dice, con bastante poco gusto -sin entrar a valorar la deslealtad que pudiere suponer- que “el choque entre PP y PSOE en los gobiernos causa muertes”. No, el virus es el que causa muertes. Un virus al que todavía no se logra mitigar del todo, como sucede con toda infección vírica, unas más fuertes y otras menos. Quien dice eso también tilda de insuficientes las medidas actuales. ¿Insuficientes para qué? ¿Es que hay garantía de que sanitariamente se vaya a mejorar con medidas más duras? Entonces, ¿por qué España ha sido la que peores datos sanitarios ha registrado en toda la pandemia si destacaba en la dureza de las restricciones? ¿No ven, quienes piensan así, que lo único que van a lograr es la ruina de todos? ¿Van a cerrar otra vez todos los bares y restaurantes, después de la ruina a la que las restricciones les han llevado y la inversión que han tenido que hacer en mamparas y otros elementos?

España no va a mejorar sanitariamente por cerrar más, sino por gestionar más eficientemente todo el plan sanitario. Hay una parte mayoritaria de la población a la que el virus no afecta de manera importante. Protejamos a los vulnerables y el resto, a trabajar. De esa manera, se podrá comenzar la recuperación, porque si se vuelve a cerrar, entonces muchas empresas ya no volverán a abrir, amén de que muchas personas terminarán con enfermedades mentales o circulatorias. No se trata de salvar la campaña navideña, sino de salvar la economía, porque si ahora se para, las empresas no llegan a Navidad. Y salvar la economía es salvar la sanidad y la salud. Mientras no comprendan esto, mientras no se den cuenta de que con cada restricción envían a miles de familia a la miseria, no habremos iniciado el camino de la recuperación. Quienes hablan tan a la ligera de cerrar, deberían reflexionar sobre sus consecuencias, también en vidas humanas, pues una depresión económica provocará más muertes que el virus. Confiemos en que recapaciten, incluso que sea capaz de hacerlo quien juega a ser el “Gran Visir Iznogud”, aunque, desgraciadamente, no hay muchas esperanzas de que eso ocurra.

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