‘Monsieur’ Valls, usted no es de fiar

‘Monsieur’ Valls, usted no es de fiar

Monsieur Valls, aún me pregunto lo inefables y poco presentables que deben ser nuestros políticos para que se tenga que chalanear con un exprimer ministro francés fracasado en casi todas sus aventuras políticas y henchido de incontables contradicciones. Usted, señor Valls, no es de fiar. Derrotado, abandonado y desairado por sus propios correligionarios intentó manejar a su antojo los pactos tras las elecciones andaluzas y sin que nadie le diera “vela en este entierro”, en alianza típica del más enlodado oportunista político rebosante de populismo llegó a tildar a VOX de “peligro”, alentó el ya manido “cordón sanitario” y acuso a la citada formación política de plantear una regulación de la inmigración ilegal, como por cierto marca la norma comunitaria, de querer eliminar los chiringuitos montados sobre el drama de las mujeres maltratadas o de defender sin miedos, recelos ni complejos la unidad de España y el valor de sus símbolos.

Usted, como el partido que representa, Ciudadanos, es fruto de su propia contradicción. Pasó de apoyar organizaciones propalestinas que perseguían impedir la visita de un Primer Ministro israelí a Francia a convertirse en un apasionado seguidor de Israel. Mutó, pues de no querer estudiar en una facultad que fuese “de derechas” pasó a expulsar sin misericordia a todo aquel que no fuera “francés de pura cepa” hasta llegar a tener un ego derramado cuando el Times le denominó el “Sarkozy de izquierdas”. Llegó hasta tal punto su personalidad veleta, radiografía nítida de sus carentes principios, que llegó a hacer campaña por el “No” a la Constitución de Europa para luego votar “Sí”. Por si esto fuera poco, usted señor Valls, aprovechando la demanda social en Francia, esculpió sobre hielo, rápidamente derretido, una imagen de mano dura contra la inmigración ilegal con políticas extremadamente restrictivas hacia los refugiados qué a su lado, dejan a Marine Le Pen como musa del progresismo. Hasta tal punto, señor Valls, que bajo su aciago mandato una menor gitana de quince años fue bajada por la fuerza de un autobús escolar delante de sus compañeros para ser deportada a Kosovo junto a sus padres y hermanos. Con la menor aterrada, toda la familia pagó las mentiras del padre al engañar sobre su nacionalidad.

¿Y pretende usted ser ejemplo de algo? Auto considerado un pequeño Napoleón turnó como su principal objetivo competir por la Presidencia de Francia, pero conocedores de su “talante sombrío” no le quisieron los socialistas ni el nuevo partido de Macron. Aun así, de manera pertinaz y poco decorosa, trató de pasarse al partido de este último, lo que supuso un tajante rechazo de este hacia su persona por ser el actual Presidente francés perfecto conocedor de su cariz ambicioso y calculador. Señor Valls, su populismo intrigante le ha llevado a comparar a VOX con la caterva secesionista de los Torra, Forcadell y Puigdemont. Qué vergüenza, qué falta de ética y honor, si es que usted ha conocido alguna vez dichos valores. Y para eso ha comprado a precio de saldo todo el material vejatorio e insultante que la izquierda le ha ofertado. Encabeza el dudoso honor de ser un fraude político.

Mal va Ciudadanos “importando” candidatos, tejiendo continuas contradicciones y fichando a políticos tan fracasados como desorientados, hasta llegar a poner en peligro el inestable liderazgo de Ciudadanos en Cataluña. Es hora de que el eclipsado mensaje naranja sea puesto al descubierto. Es hora de que Ciudadanos se entere de lo que realmente necesita España. Señor Valls, es nítida su altivez y arrogancia, pero muchos deberían saber de dónde proceden estas. Porque como dijo Jim Rohn, empresario estadounidense, autor y orador motivacional: “La peor arrogancia es la arrogancia producto de la ignorancia”.

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