Más policías y guardias civiles a Cataluña
La Generalitat, por ser un órgano de gobierno regional de España, debe garantizar la seguridad de Felipe VI durante el homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils que tendrá lugar el próximo 17 de agosto. Si, presidida por el xenófobo Quim Torra, no está dispuesta a ello, el Ejecutivo de Pedro Sánchez deberá mandar más policías y guardias civiles a Cataluña para proteger tanto al Rey como a los partidarios de la Constitución que quieran unirse a una marcha en memoria de los 16 muertos y más de 100 heridos que dejó el ataque yihadista del verano pasado. Un evento que, en ningún caso, debería convertirse en un acto golpista con la intención de promover otro referéndum ilegal, tal y como pretenden los separatistas.
Si es necesario, tendrán que volver los 7.000 agentes que habían sido desplazados para velar por la legalidad y el orden cívico durante el golpe de Estado del pasado 1 de octubre. Lo cierto es que, en ningún caso, Felipe VI puede quedar a merced de las veleidades de los CDR, la kale borroka catalana. Algo que, aunque obvio, es necesario reivindicar, ya que Torra y sus acólitos viven en tal estado de abyección ética y moral que no sólo pretenden convertir la marcha del 17 de agosto en una aquelarre separatista, sino que, además, desean ver a la máxima autoridad del país humillada y acosada hasta el extremo. ¿Qué imagen y sensación de respeto daría España si su jefe de Estado apareciera ante el mundo a merced de unos exaltados?
Obviamente, esta omisión de responsabilidades busca una respuesta del Gobierno. No puede ser otra que actuar sin complejos, por mucho que los independentistas, parapetados tras su sempiterno y falso victimismo, lo utilicen para reivindicar su deriva ilegal a ninguna parte. Esta nueva decisión de la consellería de Interior de la Generalitat, dirigida por Miquel Buch, no hace sino certificar el error que supuso levantar la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Actualmente, la seguridad jurídica y el orden social son una filfa en manos de unos pirómanos de la política. La “operación diálogo” de Pedro Sánchez sólo ha servido para reafirmarlos en su radicalidad. Ahora, y ante una nueva omisión de sus responsabilidades por parte de los mossos, la única solución es más presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.