Candilazos

Una madre policía, un orgullo

Una madre policía, un orgullo
Segundo Sanz

«Ella y otra señora, desde primera hora de la mañana por el hecho de ser mujer. Me insultaron desde el principio… insultos por ser mujer… ‘hija de puta’, ‘a ti no te quiere nadie’, ‘con todo lo que hemos luchado por la mujer, mira dónde estás tú ahora’, o que ‘mis hijos se avergonzarían de mí’, muchas cosas…» Esta fue la sobrecogedora declaración en sede judicial de la mujer policía vilipendiada y atacada por la podemita Isabel Serra, condenada a 19 meses de cárcel e inhabilitada como autora de un delito de atentado en concurso con otro de lesiones y daños. Escuchar a la agente cómo recuerda, con voz entrecortada, el episodio de la agresión, estremece.

Pero también ilustra la catadura moral de las feministas de boquilla, que se pasan por el arco de Trajano el doloroso testimonio de la agente y los hechos probados de la sentencia. «La acusada, integrándose en los grupos de personas, pues unas veces se encontraba en uno de los cordones y otras veces en el otro, que increpaban, insultaban y acosaban a los agentes, profirió insultos en general, así como en particular a una agente de Policía Municipal, diciéndole: ‘Eres cocainómana’, ‘mala madre, hija de puta, con todo lo que hemos luchado las mujeres, contigo se pierde todo, no te quieren ni tus propios compañeros’», reza el fallo del TSJ de Madrid.

La agente injuriada y herida en el cuello por el impacto de un adoquín, no era cocainómana, sino una mujer policía. Y por ese despertó semejante rechazo en la anticapitalista de las hermanas Serra, más allá de que estuviera participando en el dispositivo de seguridad de un desahucio contra el que protestaba la turba okupa. Una mujer policía que vestía uniforme, ese que tanto molesta no sólo a la portavoz trotskista sino también a su jefe Pablenin, sobre todo si quien lo lleva es el rey Felipe VI. Una mujer policía es inconcebible para los miserables que jalean el All Cops Are Bastards (ACAB) —»Todos los policías son unos bastardos»— o el criptograma 13.12 por el puesto que ocupan en el abecedario las letras de ACAB.

Si fuera por estos radicales no habría mujeres policías, sólo hombres. Y si fuera por las femiultras, sólo como policía política. Basta con ver cómo han reaccionado a la condena que ha recibido Serra por su ultraje a esta agente y a otra compañera. La ministra de Des-Igualdad se ha puesto del lado de la delincuente en lugar de hacerlo de estas mujeres policías. «Serra actuó en defensa del derecho a la vivienda. Ni Isa ni ninguna persona que en España luche contra las injusticias estaréis solas. Somos más», escribió Irene Montero en Twitter, dando de lado a las agentes lastimadas físicamente y denigradas. ¿Qué fue aquí de la sororidad?

Quienes nunca estarán solas son dos mujeres policías, ni las miles de agentes que hay en España, porque ellas tiene el cariño y el respaldo de todos los ciudadanos que no piensan como usted. Y no sois más, feministra, sino menos, porque vuestra aversión populista hacia las fuerzas de seguridad sólo representa al 15% del electorado. Que sepan las dos víctimas de Serra que el resto estamos orgullosos de ellas, de su labor por la protección y la seguridad de todos. Y que sepan que sus hijos siempre lo estarán también. Una madre policía, un orgullo.

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