Lo de Sánchez ya es sencillamente vomitivo

Sánchez yihadista

Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presidente del Gobierno de España, ha permitido que un terrorista yihadista en prisión, Mohamed Houli Chemial,  uno de los condenados por los ataques terroristas en Barcelona y Cambrils de agosto de 2017, haya comparecido en el Congreso de los Diputados, a petición del separatismo catalán, para culpar al CNI de «dejar» que el imán de Ripoll montara la célula yihadista.

Esto es, para acusar a los servicios secretos españoles de permitir que los brutales atentados se llevaran a cabo. Houli cumple una condena de 43 años en la cárcel de Córdoba, desde donde salió con permiso del juez para presentarse en el Congreso de los Diputados con el ánimo expreso de señalar al CNI. El terrorista ha acusado al Centro Nacional de Inteligencia de tener «conocimiento de las intenciones que tenía el imam y permitieron que viniera y nos comiera la cabeza».

«Lo digo ahora y no lo digo antes por temor a represalias o que me pudiera perjudicar, pero ya estoy condenado y no tengo nada que perder», ha añadido Mohamed Houli, único superviviente de la explosión en la casa de Alcanar. Ante las preguntas de los grupos sobre las pruebas para sostener esta acusación, Houli Chemlal ha contestado: «Las pruebas no las tengo que buscar yo». Provoca tal repugnancia la vileza de Pedro Sánchez de ceder ante las pretensiones de los independentistas catalanes -que siempre han culpabilizado al CNI de dejar que se perpetrara la matanza- y  permitir que un terrorista vierta semejantes acusaciones en la sede de la soberanía nacional que ya sólo queda afirmar que no cabe mayor ignominia.

Es como si en la época más sanguinaria de ETA, los terroristas Kubati, Troitiño o Txikierdi hubieran salido de prisión para acudir al Congreso a denunciar los crímenes de Estado. Nunca un presidente del Gobierno se había atrevido a ir tan lejos: ya no es que gobierne con el apoyo de los asesinos de ETA, es que ahora lleva a los asesinos yihadistas al Parlamento para arremeter contra los servicios secretos del Estado. Vomitivo. Por cierto, ¿qué servicio secreto de cualquier democracia va a colaborar con el CNI sabiendo que Sánchez es capaz de ponerlo a los pies de un terrorista?

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