La historia de España no empieza el 18 de julio del 36

La historia de España no empieza el 18 de julio del 36

Franco fue un maldito dictador responsable de la muerte de cientos de miles de españoles, al que condeno, pero la historia de España no empieza el 18 de julio de 1936. El 12 de abril de 1931 se celebraron unas elecciones municipales en España, que fueron ganadas de forma aplastante por los partidos monárquicos. Pero los republicanos se echaron a la calle de forma violenta en las grandes ciudades y ante la negativa de la Guardia Civil y del Ejército a utilizar la fuerza para frenar las algaradas, el rey Alfonso XIII, temiendo por su vida y la de sus hijos, así como para evitar que el conflicto acabase en un baño de sangre, abandonó el país marchándose al exilio. El «comité revolucionario» republicano-socialista proclama la II República y aprueba una nueva Constitución republicana, una norma revolucionaria y frentista contra las libertades religiosas. Entre el 10 y el 11 de mayo de 1931 un centenar de edificios religiosos fueron quemados en Madrid, Málaga, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Murcia y Valencia. En el asalto a la sede del diario ABC fueron asesinados un guardia civil y un niño de 13 años. El primer bienio se caracterizó por su sectarismo y por la violencia revolucionaria de las izquierdas.

En noviembre de 1933 se celebraron elecciones a Cortes, que fueron ganadas por la derecha católica de la CEDA. Pero el presidente de la República encargó la formación de gobierno al Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux. En la sesión parlamentaria del 4 de julio de 1934, en una trifulca entre socialistas y cedistas, Indalecio Prieto (PSOE), sacó una pistola, la amartilló y apuntó al diputado de la CEDA Jaime Oriol, amenazando con dispararle. Cuando la CEDA entró en el Gobierno en octubre de 1934 el PSOE desencadenó la Revolución de Octubre de 1934. Indalecio Prieto (PSOE) fue el encargado de la preparación militar del golpe y del avituallamiento de las armas. En este golpe de estado del PSOE de octubre de 1934 se asesinó a unos 250 miembros de la Guardia Civil y de Asalto, así como a 34 sacerdotes y religiosos. Incendiaron la Universidad, el Teatro Campoamor, la Catedral de Oviedo así como numerosos edificios religiosos. Además, el 6 de octubre de 1934 Luis Companys, tras acusar al nuevo gobierno español de «monarquizante» y «fascista», proclamó el «Estado Catalán».

El 27 de enero de 1936, en un mitin en Alicante, Francisco Largo Caballero (PSOE) dijo: “Lo primero que tendremos que hacer es desarmar al capitalismo… El comunismo es la evolución natural del socialismo, su última y definitiva etapa. El triunfo será nuestro… Si ganan las derechas, tendremos que ir a la guerra civil.” Tras varios escándalos que hundieron a Lerroux, Alcalá Zamora convocó elecciones para el 16 de febrero de 1936. Estas elecciones estuvieron marcadas por las irregularidades y la violencia ejercida por las izquierdas, impidiendo el voto de muchos que sospechaban votarían a la CEDA, quemando las urnas y las actas donde no ganaban con lo que el Frente Popular consiguió una victoria por la mínima, que fue denunciada como “pucherazo” por la derecha. Lo primero que hizo el nuevo gobierno fue amnistiar a los socialistas e independentistas condenados por los sucesos de octubre de 1934 en Asturias y Cataluña.

Entre febrero y julio de 1936, antes del Golpe de Estado, en la llamada ‘Primavera trágica’ hubo cientos de incidentes con 262 muertos entre reyertas, atentados y represalias. También centenares de iglesias y conventos fueron asaltados e incendiados. En la sesión parlamentaria del 16 de junio de 1936, la diputada del PCE Dolores Ibárruri, la Pasionaria, se dirigió al diputado José Calvo Sotelo, líder de la oposición, y le dijo “este es tu último discurso”. El 1 de julio de 1936 el diputado Ángel Galarza (PSOE) interviene en el Congreso dirigiéndose de este modo a Calvo Sotelo: «La violencia puede ser legítima en algún momento. Pensando en su Señoría, encuentro justificado todo, incluso el atentado que le prive de la vida». En la madrugada del 13 de julio de 1936 Calvo Sotelo fue secuestrado en su casa por un grupo que incluía a miembros de las fuerzas de seguridad, que lo asesinaron de un tiro en la cabeza y abandonaron su cadáver en el depósito del cementerio de La Almudena. El disparo lo hizo Luis Cuenca Estevas (PSOE) guardaespaldas de Indalecio Prieto (PSOE). Franco fue un maldito dictador responsable de la muerte de cientos de miles de españoles, al que condeno, pero la historia de España no empieza el 18 de julio de 1936.

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