Habla, pueblo andaluz, habla

El 19 de junio tendremos ocasión de comprobar hasta qué punto el fin de aquel régimen socialista andaluz, esencialmente corrupto e incompetente, queda enterrado. Pero no sólo. Los andaluces tienen la posibilidad de hablar con serenidad y determinación en las urnas, que es el lugar donde se expresan las sociedades civilizadas y libres.

Históricamente, desde la restauración democrática, las elecciones parciales –autonómicas o municipales-son la antesala de lo que ocurrirá en los comicios legislativos. Por eso, en un predio que al socialismo no le es ajeno tras gobernar durante cuatro décadas hasta constituirse en régimen, será tan significativo el resultado que se produzca en el territorio más habitado de España.

¿Cree Sánchez que si el PSOE es vapuleado el 19-J en Andalucía la cosa no irá con él? Difícilmente. El Gobierno regional del presidente Moreno Bonilla, en coalición con Juan Marín (Ciudadanos), ha demostrado en el sur del país que hay una posibilidad de enfrentar los intereses generales con más acierto, menos corrupción y muchísimo más respeto al esfuerzo fiscal de los contribuyentes. Durante estos casi cuatro años saltaron por los aires todos los sambenitos, clichés y mentiras que una izquierda corrupta y anticuada había dejado como minas en la sociedad andaluza. No ha desaparecido, más bien al contrario, la Sanidad pública, ni la Educación pública, ni los servicios sociales tan característicos de una democracia avanzada.

Andalucía disputa a Madrid la locomotora del crecimiento económico en España, la inversión productiva y la confianza empresarial y el emprendimiento. Si, en efecto, el 19 de junio próximo los andaluces confirman con su voto lo anterior, Sánchez tiene que darse por concernido por lo civil o por lo electoral. Mantener la cabeza debajo del ala no es un ejercicio muy recomendable en todas las estaciones.