La factura de la luz: el precio del ecosocialismo

La factura de la luz: el precio del ecosocialismo

Continúa la polémica con sobre el precio de la luz en España, y todo el debate de socialistas y comunistas se reduce a si debe haber una eléctrica estatal. A nadie se le ha pasado por la imaginación cuestionar las políticas anti-emisiones de la UE, las políticas españolas contra la energía nuclear (que al parecer es un problema para la izquierda aquí pero no en Francia), el discurso podemita anti-pantanos o la consecuente dependencia del gas ruso. Comprendo que no se atrevan por el miedo que nuestros políticos tienen a la inquisición climática.

Todos esos asuntos son cruciales en el precio de la luz, pero también lo son los impuestos. En España un consumidor medio pagaba hasta hace unas semanas alrededor del 25% de su factura de la luz en impuestos. El Congreso aprobó en Julio bajar el IVA del 21 al 10%. Con todo y con eso, se sigue pagando el 15%. Un exceso comparado con otros países. Y no hablo de países que claramente nos superan como el Reino Unido (donde el 15/25% de aquí es un simple 5%). Basta volver a aquella categoría de crisis llamada PIGS para ver lo mal que estamos: Irlanda 13,5%, Italia 10%, Grecia 6%, Portugal 6% en los primeros 100 kW/h. España podría hacer esto perfectamente. Como ha dicho la comisión europea, el Gobierno tiene en su mano bajar los impuestos y con ello bajaría la luz más de lo que sube su precio de producción estos días. La cuestión es, ¿por qué no lo hace? Naturalmente ello tiene que ver con la recaudación: el Estado español no quiere ni oír hablar de reducir gastos, y no se quiere dejar un solo duro en el camino. Pero ello tiene un aspecto estructural más profundo de nuestro sistema político.

Como todos sabemos, los impuestos en España sólo los paga una parte de la gente. Una porción de la población vive al margen: la llamada economía sumergida representa en España, según el FMI, el 17,2% del PIB. Luchar contra ella no es sencillo. Por ello, cuando se plantean vías para aumentar la recaudación, siempre se habla de unos hipotéticos ricos defraudadores para evitar hablar de los numerosos defraudadores de pocos recursos que son el verdadero problema. Para la gente sencilla que tal vez está trabajando en negro, el Estado socialista sólo tiene buenas palabras, promesas de rentas básicas, servicios gratuitos, y demagogia contra los ricos…Pero a la hora de la verdad, las promesas no se pagan con el viento, y los ricos a exprimir no son suficientes. La única forma es que todo el mundo pase por caja. Y lo que no se logra con el IRPF ni el IVA devengado, se puede lograr en el IVA repercutido: la factura de la luz es uno de los pocos mecanismos de que dispone el Estado para que todos paguemos por igual. Y siendo que sin eso no funciona el tinglao de la partitocracia, no hay valor político para tocarlo. De hecho, la oposición apenas ha dicho nada del tema fiscal…

En suma, la factura de la luz esconde el precio de nuestro Estado partitocrático de orientación socialista. Por un lado, es uno de los pocos medios de hacer pasar por caja a todo el mundo. Por otro, es el precio de unas políticas verdes anti-nucleares que nadie se atreve a cuestionar. El calor de estos días, cuando no se puede encender el aire, no es culpa de unas malvadas eléctricas, sino del gasto público que genera la España del bienestar y las autonomías, y de la orientación que le dan los ecosocialistas de todos los partidos.

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