La economía se desacelera

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La economía va desacelerándose, pese a las ingentes cantidades de gasto público movilizadas para mantener a la economía a flote en el corto plazo a costa de perjudicar a su estructura económica, como muestran los datos económicos que van publicándose.

En primer lugar, los de los dos sectores más importantes de la economía: la industria y los servicios. Por un lado, se da una fuerte bajada de la cifra de negocios de la industria. En España presenta una variación del -7,0%, veinte puntos peor que en el mismo período del año pasado, con bajada en casi todas las CCAA. El Índice de Producción Industrial también cae, y lo hace un 0,8% interanual en mayo, 6 décimas peor que la caída del mismo período de 2024, y 3 décimas peor que el acumulado de 2025, con lo que se muestra una cierta intensidad en la desaceleración.

Por otro lado, el indicador de actividad del sector servicios también nos muestra la desaceleración que existe en el principal sector de la economía. Así, España presenta una tasa interanual del 1,7%, una desaceleración de 7,2 puntos respecto al mismo período del año pasado. Hay caída mensual del 0,4%, junto con una desaceleración respecto al acumulado del año.

Y eso se confirma con los datos de la contabilidad trimestral, por más que las rúbricas intermedias hayan variado exactamente igual las que suben respecto de las que bajan para lograr, así, mantener el dato de crecimiento final. Así, modifican a la baja industria y servicios dos décimas respecto del avance. El comercio es revisado cuatro décimas a la baja, del 4% al 3,6%.

Por su parte, el número de horas efectivamente trabajadas creció un 2,1% interanual este trimestre, cuatro décimas menos que en el precedente. En términos intertrimestrales, varió un -0,5%.

Adicionalmente, la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo registró este trimestre una tasa interanual del –0,2%, y del –0,4% intertrimestral.

Por tanto, pese al espejismo de la anestesia del gasto público que mantiene sostenida de manera artificial a la economía, al incremento de la inflación, que eleva artificialmente el nivel del PIB nominal, al aumento de población, que no va ligado con el mismo aumento de actividad, a las revisiones extraordinarias del PIB y a un mercado de trabajo inestable, por más que normativamente se haya obligado a llamar indefinido a lo que sigue siendo temporal, la estructura económica empeora, desgraciadamente, con más déficit, que estructuralmente se eleva a cuatro puntos del PIB; con una deuda creciente, que va camino de los 1,7 billones de euros; con una inversión que está desincentivada, con problemas para atraer inversión extranjera; con unos precios que no terminan de dominarse, pues hay varios meses de repuntes en tasa intermensual; con una productividad a la baja y con una composición del crecimiento económico, insana, que hace que seamos más pobres.

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