La dignidad del equipo israelí y la Intifada de la izquierda en la Vuelta a España

Resulta absolutamente indecente que la izquierda política española haya mostrado su «orgullo» por el hecho de que grupos propalestinos mantengan literalmente secuestrada la Vuelta España, competición ciclista que se está viendo condicionada por loas protestas violentas de grupos de alborotadores que han obligado a suspender el último tramo de la etapa de Bilbao y paralizar durante un tiempo la primera de las etapas disputadas en territorio asturiano.
Será porque a la izquierda le pone el boicot y la actitud violenta de estos grupos alentados por Bildu, será porque han llevado su sectarismo ideológico al grado máximo, o será porque estos apóstoles del pacifismo de salón disfrutan viendo como los ciclistas del equipo israelí son víctimas de los ataques de estos grupos de radicales que cuentan -he aquí lo grave- con el apoyo de gobiernos como el asturiano, cuyo presidente socialista se ha erigido en defensor de los violentos alborotadores y en azote del equipo israelí, al que ha instado a retirarse de la prueba.
Esta izquierda a la que se le llena la boca de convivencia cuando se trata de amnistiar a los que desataron la violencia en Cataluña, sin ir más lejos, ha decidido descargar su rabia por el ataque israelí contra Gaza sobre un grupo de ciclistas, llevando su sectarismo ideológico al extremo de utilizar políticamente una competición deportiva. No se sabe qué es peor, si los grupos que bajo la excusa de defender la causa palestina están boicoteando la Vuelta o los dirigentes políticos de esta izquierda cafre que los alientan y empujan a seguir con su actitud violenta.
La Vuelta a España ha hecho cumbre en el descrédito y el equipo israelí se mantiene en la carrera por dignidad, algo que quienes les increpan e insultan no conocen ni conocerán jamás, incluido, claro está, el muy socialista presidente del Gobierno de Asturias, Adrián Barbón, que ha pedido la expulsión del Israel Premier Teach. Otro que se suma a la Intifada.