Cree el ladrón que todos son de su condición

Cree el ladrón que todos son de su condición

Después de que Pablo Iglesias acusara a Vox en el Congreso de los Diputados de pretender un golpe de Estado, la formación de extrema izquierda se ha lanzado a una campaña de desprestigio de la Guardia Civil a través de un grupo denominado ‘Guerrilla 2.0’-o sea, Podemos disfrazado- que se ha servido de un vídeo para relacionar a la Benemérita con el golpe de Tejero, cuyo rostro ha sido sustituido por el del diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros. La factoría de creación de Podemos es un derroche de sectarismo totalitario, un proyector de bilis. Lo grave es que detrás está el vicepresidente del Gobierno de España. Y eso es lo que representa una amenaza a la convivencia y un peligro para la democracia.

En realidad, la estrategia de Podemos es más vieja que la tana. Todos los dictadores de izquierdas repican la misma táctica: agitar los fantasmas de una falsa involución democrática para justificar sus ataques a las libertades y derechos individuales. Lo que pretenden, pues, es consumar la misma involución democrática que denuncian. Lo sabrá Iglesias, que fue asesor de cabecera del chavismo. Los ‘trolls’ de Podemos responden a un plan orquestado con el fin de crear en los sectores de la izquierda la idea falaz de que en la Guardia Civil subyacen comportamientos antidemocráticos.

Si Iglesias piensa que esta estrategia puede darle resultados es que no conoce a la Guardia Civil, acostumbrada a campañas siniestras como la de Podemos. Cierto que el hecho de que esté atizada por el mismísimo vicepresidente del Gobierno es de una gravedad superlativa, pero la Benemérita tiene claro que lo que busca Podemos es precisamente que se produzca una reacción virulenta desde el Cuerpo. Va listo, porque la estrategia podemita es tan burda que se distingue a la legua. Así que los ‘trolls’ de Iglesias pueden seguir destilando odio y fabricando vídeos infectos. La Guardia Civil no se va a poner a su altura. Para ponerse a su nivel hay que bajar muchos grados en la escala moral.

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