Candilazos

Comisión de investigación y urnas

Comisión de investigación y urnas
Segundo Sanz

No se equivocó la diputada de Vox Macarena Olona cuando le espetó a la cara a Pablenin que él aprovecharía la crisis del coronavirus para imponer en España su modelo bolivariano como hizo Hugo Chávez con la Tragedia de Vargas en 1999. Ni 48 horas transcurrieron desde tal vaticinio cuando saltó la noticia: los socialcomunistas seguirán gobernando con los Presupuestos de Montoro (PP) como mínimo hasta el año que viene. Vamos, que se agarran a la poltrona a pesar de su caótica gestión frente a la pandemia, que nos sitúa como el segundo país europeo con más fallecidos oficiales por millón de habitantes, sólo por detrás de Bélgica.

Al idolatrado comandante de los podemitas le importó una higa que la oposición pidiera posponer el referéndum constitucional por la catástrofe natural que acabó con la vida de 8.000 personas. El tirano parafraseó a Simón Bolívar en el terremoto de 1812 y descartó cualquier aplazamiento para poder apuntalar así su proceso revolucionario. «Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca», blandió el dictador, que desoyó las alertas cuando las fuertes lluvias ya presagiaban lo peor.

Aquí, los palanganeros del sátrapa venezolano y los acólitos del Doctor Cum Fraude acaban de evidenciar que PSOE y Podemos quieren irse de rositas de este desastre dantesco pese a ser los máximos responsables de una respuesta tardía y negligente que ha multiplicado las muertes y los contagios de coronavirus. En este caso, hicieron oídos sordos a las advertencias de la UE y de la OMS y celebraron el 8-M ideológico cuando el bicho ya estaba desbocado en Madrid. En lugar de recurrir a Bolívar, la progrewoman Calvo tiró de cosecha propia y obvió cualquier riesgo de contagio. Tanto que llamó a las femi-ultras a participar en las marchas porque «les va la vida». Más claro el agua.

A los socialcomunistas «les va la vida» en aferrarse a La Moncloa pese a sus dramáticos errores y a su presunta culpabilidad en esta ignominia, cuestión que dirimirá la Justicia. «Les va la vida» en agotar la legislatura y que no haya elecciones antes para seguir tapando la verdad, ocultando sus funestas imprudencias y amordazando a la prensa incómoda. Por ello, proponen ahora otros Pactos de La Moncloa, con Presupuestos de consenso en el mismo pack, cuando no se trata más que de un bulo marketiniano con tal de ganar tiempo en medio de la indignación ciudadana.

Evitar que el gabinete de Sánchez continué a los mandos del país tras su nefasta reacción a la epidemia y su indiciaria culpabilidad, debe ser el primer objetivo de la oposición cuando se haya salvado hasta la última vida. Y para ello, la creación de una Comisión de investigación en el Congreso de los Diputados es ineludible. Inevitable. Si hubo tal rendición de cuentas ante la ciudadanía tras los atentados de Atocha de 2004, por qué iba a negarse ahora cuando hay cien veces más fallecidos —repito, cien veces más—. Además, los fallos de bulto por parte de este Ejecutivo bipartito no dejan de sucederse. Sólo entonces, después de que se hayan depurado responsabilidades políticas y las conclusiones de esta Comisión de investigación se hayan remitido al Ministerio Fiscal, cabrá ya una llamada a las urnas con la posterior negociación de unos Presupuestos de recuperación. Lo demás, será más propaganda, miseria y desolación.

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