Bildu crece porque a la juventud del País Vasco le han borrado la memoria

Bildu crece porque a la juventud del País Vasco le han borrado la memoria

Entre los distintos factores sobre los que se sustenta el éxito electoral de Bildu, que ha logrado el 27,84% de los votos en las elecciones autonómicas vascas y conseguido 22 escaños (4 más que en 2016), está sin duda el hecho de que haya capitalizado el derrumbe de Podemos. La formación de Pablo Iglesias y la de los proetarras se parecen como dos gotas de agua, de modo que casi la mitad de quienes apoyaron a la formación morada hace 4 años han apoyado ahora a los herederos políticos de ETA. Su electorado se nutre del voto de los jóvenes, una nueva generación que ha acudido a las urnas sin tener demasiada idea de lo que supuso el terrorismo. En el País Vasco, el fin de ETA vino aparejado de una estrategia institucional de borrado de la memoria colectiva que supone toda una indecencia moral.

Si preguntamos a los más jóvenes que acudieron a depositar su voto a favor de Bildu quién era Miguel Ángel Blanco, bastantes responderán que no lo saben, porque se han educado bajo un sistema de amnesia obligatoria. Es una tragedia que el futuro del País Vasco se sustente en el desconocimiento de lo que supuso el terrorismo, pero es la triste y cruda realidad. Se ha blanqueado a Bildu y borrado su abyecto historial para otorgarle un marchamo democrático que es una auténtica ignominia. Gran culpa la tiene la extrema izquierda populista que encarna Podemos, condescendiente hasta la náusea con los herederos del brazo político de quienes asesinaban o destrozaban vidas. Pero también un socialismo incapaz de defender la memoria de sus compañeros, la sangre derramada de cargos políticos del PSOE que sucumbieron ante el coche bomba o el tiro en la nuca.

La triste realidad es que el fin de ETA se ha traducido en una sociedad que ha pasado página sin detenerse demasiado en analizar los capítulos más negros de un libro marcado por el dolor y el espanto. Y en estas circunstancias, lo triste y descorazonador es comprobar cómo han ganado los malos.

 

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