Armengol, en tiempo de descuento

Armengol

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, la que acumula mentiras cada vez que comparece en el Senado -mintió cuando dijo que no conocía a Víctor de Aldama y mintió al negar tajantemente que se intercambiara mensajes con el empresario a través del teléfono- vive en un permanente ‘ay’. Y es que eso de hacer de la patraña una forma de guiarse en la política tiene sus riesgos.

La tercera autoridad del Estado está tensa y tiene motivos sobrados para ello. Los informes de la UCO suelen provocar terremotos políticos de diferente escala y el que le afecta a ella puede provocar un seísmo comparado al de Santos Cerdán. En Ferraz andan tentándose la ropa, porque si Armengol también sale retratada el tiempo de prórroga en el que vive instalado Pedro Sánchez puede acabarse súbitamente.

Ya se sabe que un pantallazo desvelado por el portavoz de Aldama reveló que éste y la presidenta del Congreso cruzaron mensajes. Armengol pregunta explícitamente por mascarillas infantiles y precios. «¿Tú sabes si alguien vende mascarillas infantiles?», escribió Armengol, a lo que Aldama respondió: «Te lo arreglo. Déjame unas horas». El tono de la conversación, ese tuteo, confirma que entre ambos habría un grado de colegueo evidente.

La contumacia en el embuste de la presidenta socialista del Congreso de los Diputados recuerda, y mucho, a la forma en que Santos Cerdán negaba la evidencia. Otra alumna aventajada de esa escuela sanchista en la que se ilustra sobre cómo ir desgranando falacias con aparente naturalidad. Lo malo en Armengol es que se le nota demasiado.

En cualquier caso, la suerte de Armengol puede cambiar en breve -siguiendo la cadencia de Santos Cerdán- y pasar en nada del oropel y el fasto a la ignominia. Tiempo al tiempo, porque los informes de la UCO sí son para el verano. Y este verano a la presidenta del Congreso puede hacérsele muy pero que muy largo.

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