¡Alerta Ciudadanos!

¡Alerta Ciudadanos!

Alerta con lo que habéis firmado. Alerta con la cuarta alerta, tramposa e innecesaria del autócrata Sánchez. Es un acuerdo de complicada explicación. Un trueque inesperado.  Y cuando el trueque, al modo ganadero, resulta demasiado cutre, se disfraza el precio. Se inventan bondades, se cantan beneficios mutuos y se cruzan abrazos, lo cual no es el caso de ahora mismo. Más o menos esto es lo que ha pasado entre dos antiguos socios, separados temporalmente, que vuelven a las andadas, a acordar una postura común. El portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, se ha tomado cuatro sesiones para que su mano tendida haya recibido el apretón de Sánchez. Este, como es de esperar en él, ha jugado a la mentira, al chantaje, y se ha aprovechado de la perentoria situación de Ciudadanos, una formación disminuida que busca afanosamente un lugar en la política española. Ciudadanos, será otra víctima más de Sánchez, lo malo es que ha regresado al rincón infame del que salió por piernas: ha vuelto a juntarse con un partido que lleva en la mochila el pan que le aportan sus aliados leninistas. Todas las justificaciones que ofreció Edmundo Bal -magnífico orador por cierto- en el estrado tienen pinta de ser poco menos que una sucesión de brindis al sol. En este trance, hay que recordar que en el momento en que Albert Rivera rompía con Sánchez, explicó que “usted no tiene credibilidad alguna, usted miente siempre”. Al lado de Rivera se sentaban entonces los mismos parlamentarios (en realidad muchos menos) que han dado ahora un “sí” más mortecino que nupcial, al presidente más trolero de la historia de España. Suele decir un médico amigo, de los que se han jugado el bigote curando infectados, que para encontrar el precedente de un gobernante español más embustero hay que remontarse a Fernando VII o más recientemente, ¡fíjense!, al Carrillo del exilio, según acreditaban en su día sus compañeros de partido.

Desde luego, Arrimadas sabrá lo que ha hecho y lo que ha conseguido con lo que ha hecho. Hay que reconocer esto: se ha inclinado por el voto afirmativo con la misma ilusión que el PP ha desplegado con su abstención. Ninguna. Sánchez ha organizado el rodeo y ambos se ha caído del caballo. La nota de su Secretaría de Estado de Comunicación inscribe una serie de ambigüedades que lo mismo sirven para un roto que un descosido. Es el sempiterno bla, bla, bla de un feriante al que nunca se debe dar la espalda. Ciudadanos le ha dado la mano en pro de ese diálogo que la susodicha nota se anuncia, pero en las horas anteriores al SI dos miembros del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, confesaban a este cronista que era “casi” imposible pactar con un personaje en el que no pueden confiar. Por tanto, si no creen que las sinecuras, si es que las hay, que han conseguido en la negociación serán respetadas por el Gobierno del Frente Popular, ¿por qué Arrimadas ha sellado el acuerdo con el jefe de la coyunda social comunista? ¿Habrá una contrapartida? Quizá una de las razones no parece ser muy incógnita.  En la tarde del martes y tras la reunión de la Mesa del Congreso en la que Batet propuso que las votaciones para elegir presidente de la “Comisión Covid 19”  se hagan a mano alzada, como si el Parlamento fuera la Facultad de Políticas en la que berreaba Iglesias, dos asistentes a la tal convocatoria, sugerían que el Gobierno, o sea Sánchez  e Iglesias, ha ofrecido a Ciudadanos la tal presidencia de esa fantasmal comisión para la transición al no sé qué, en detrimento de una oscura ex -ministra de Sanidad, la señora María Luisa Carcedo, a la que Sánchez expulsó del Gabinete por triste (eso me decía un periodista afecto al régimen del Frente Popular) y por sensata. Además de esta bagatela que incluso puede resultar muy útil a lo fines trapaceros de Sánchez, sabremos con el tiempo en que quedan las cesiones del ocupante de La Moncloa. Con certeza en una mentira más. La bagatela antedicha es poco precio para Ciudadanos. ¡Alerta Ciudadanos! Un par de parlamentarios, discutían si otra de las exigencias que, presuntamente, llevaría Arrimadas a la reunión con Carmen Calvo, la de obtener que los escandalosos nombramientos que este Gobierno produjo la semana pasada y que engordan hasta la obesidad administrativa esta Administración en quiebra, fuera aceptada, o sea, directores y subdirectores a dedo, nuevamente al paro. Un diputado decía: “sí, sí esta es una buena reclamación para empezar a hablar”, y otro, que tiene el escaño adjunto a su colega, replicaba: “¡Bah, esa es una tontería!”

Ciudadanos vuelve con su inicial vocación de bisagra, pero arriesgándose, eso sí, a que se le represente como un partido, otrora liberal, que no sufre ahogos en asociarse al radicalismo más caribeño de Europa. Sus votantes, que según las últimas encuestas adelgazan sondeo a sondeo, se quedan ahora abrumados ante la enésima pirueta del que fue su partido en las urnas.  Con Girauta y la catalana Carina Mejías muchos militantes más romperán el carné naranja.  El “partido yenka” le ha salvado a última hora el tafanario al procaz Sánchez. No se extrañe Arrimadas si, tras las próximas fechorías de su remozado amigo, felonías que serán irremediables, algún malquerido le presenta como conmilitón de un individuo impresentable. La presidenta seguro que ha calibrado este peligro. En la vida cualquier elige su camino. ¡Alerta Ciudadanos!

¿Y del PNV que les voy a contar que no sepan? Estos nacionalistas son unos mercaderes mañosos en un zoco, España, al que detestan. Poco a poco se van haciendo con todo el poder, el dinero y la gobernación del País Vasco. Hace un par de meses, Sánchez les propinó una buena navajada llamándose por su cuenta “señor de Vizcaya, de Guipuzcoa y de Alava”, les merendó también unas cuantas competencias y un pastón, que es lo que más gusta a los burukides de Arana. Ahora, como temen que en el otoño virulento llueva allí más, han decidido desde “Sabin Enea”, que no desde “Ajuria Enea”, convocar elecciones en julio. Para ese menester necesitaban llevarse de nuevo en Madrid lo que Sánchez les había madrugado y, de paso, pregonar esa cursilada formidable que se ha dado en denominar la “cogobernanza” que Sánchez les ha prometido sin la menor intención de respetar un invento que nadie sabe exactamente en qué consiste. El PNV se enfada, pero siempre recoge velas cuando de trincar denarios y de sumar potencia se trata. Por eso han votado a favor de un personaje al que el presidente del Euskadi Buru Batzar, el simpatiquísimo Andoni Ortúzar, califica en privado como “infiable”. Poco le importa al PNV esa condición. Los nacionalistas vascos se autodefinen como un “partido chincheta”, que unas veces pincha y otras ajusta. Pues eso, ahora le han ajustado las cuentas al presidente infiable. Y a seguir de fiesta en la Plaza Nueva, que hay que celebrar otra vez el “Aberri Eguna”.

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